miércoles, 28 de septiembre de 2016

Este cielo purpúreo se quebranta, 
claroscuro y lluvia.
Los truenos desatan el agua,
paz en un cuerpo que es mío
y al mismo tiempo me resulta ajeno. 
Lápidas y serpientes que no veo,
hierba mojada,
vida sobre mis raíces muertas. 

martes, 27 de septiembre de 2016

El vacío es la sala de espera
que has dejado dentro de mí.
Llueve sobre los abrazos que no me das
mientras se me apaga la piel,
se me desnutre el tiempo.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Las horas se te agolpan sobre los hombros
y las líneas de tu cuerpo se difuminan
hasta convertirte en abstracción.

Hoy corres huyendo de la conciencia,
que te anuncia
que es hora de reanudar el camino
tras una larga pausa.

Pero te sientes cansada
porque intuyes que recomenzar
será repetir el mismo esquema
pero con movimientos más torpes
y colores más desvaídos.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Me gustaría que te sentaras al borde de mi mirada
para contemplar el mundo desde aquí.
Me gustaría que fueras más que estos trazos de memoria,
este mapa que mis manos aún recorren,
describiendo extraños itinerarios en el aire.

Los saludos siempre acompañados de sonrisas
que se desvanecen nada más nacer me desconciertan.
A pesar de conocerlo ya,
este mundo sigue resultándome ajeno.
Mi sistema falla más de lo debido.

Me gustaría ser más versátil,
la última actualización de mi posible sistema.

No necesito LSD para tener flashbacks.
Soy cuerpo condenado al exilio,
fantasma de lo que un día amé.

Sí, hoy he despertado como si todavía fuera ayer.
Qué hago aquí y por qué solo un eco colisiona
contra los muros de este cuerpo insonorizado.
El vacío me quema los poros.
Ha llegado el otoño
con intermitencias de luz pero bajo un fondo lúgubre.





Versatilidad y paciencia
bajo esta luna desmantelada
cuando te arrojas al calor
recibiendo solo frío.

La rutina ha zurcido esta continuidad de desasosiego.
Te hiere la piel que no tocas.
Te duele el olor que no hueles.
Sola te encierras en un cubículo
a admirar la trimensionalidad del beso arrancado
en el estómago de la vitrina.






sábado, 3 de septiembre de 2016

Ecos de juventud
tras haberse apagado el fulgor.

Compartir la risa
creando vínculos
más allá de todo código.


Desato el eco de la memoria sobre el papel,
ahogo este anhelo mal fruncido
y cierro los ojos.

Un frío viento sacude las aguas
mientras el otoño se estrena en esta pantalla.
Escuece la cicatriz
que cada vez que llueve se abre,
que cada vez que tiemblo sangra.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Septiembre se despliega como un mapa
mientras sueño con pasajes oscuros
y avanzo sobre la hierba mojada.
Al fondo veo el umbral de una puerta
de la que se filtra una luz blanca,
acelero:
necesito atravesarla.

 Suena la alarma
y me inunda el destierro.

Apuntes sobre la ausencia

"No hay ausencia más que del otro: es el otro quien parte, soy yo quien me quedo. El otro se encuentra en estado de perpetua partida...Soy yo que amo por vocación inversa, sedentario, en mi lugar, en sufrimiento...

Yo siempre presente, no se constituye más que ante tú siempre ausente."




"Dirijo sin cesar al ausente el discurso de su ausencia; situación en sumo inaudita; el otro está ausente como referente, presente como alocutor. De esta distorsión singular, nace una suerte de presente insostenible; estoy atrapado entre dos tiempos, el tiempo de la referencia y el tiempo de la alocución: has partido (de ello me quejo), estás ahí (puesto que me dirijo a ti). Sé entonces lo que es el presente: ese tiempo difícil, un mero fragmento de angustia. La ausencia dura, me es necesario soportarla. Voy pues a manipularla: transformar la distorsión del tiempo en vaivén, producir ritmo, abrir la escena del lenguaje (el lenguaje nace de la ausencia: el niño se agencia un carrete de hilo, lo lanza y lo recupera, imitando la partida y el regreso de la madre: se crea así un paradigma). La ausencia se convierte en una práctica activa, en un ajetreo (que me impide hacer cualquier otra cosa); en él se crea una ficción de múltiples funciones (dudas, reproches, deseos, melancolías). Esta escenificación lingüística aleja la muerte del otro: un momento muy breve, digamos, separa el tiempo en que el niño cree todavía a su madre ausente y aquel en que la cree ya muerta. Manipular la ausencia es aplazar este momento, retardar tanto tiempo como sea posible el instante en que el otro podría caer descarnadamente de la ausencia a la muerte." 

Roland Barthes, Fragmento de un discurso amoroso