martes, 4 de julio de 2017

El círculo de rutina
en el que parcelas tu conciencia
se ha difuminado.
con la caída.

Ya no hay música.
Te preguntan si estás bien.
Sangras.

Eres infinitamente mortal,
no hay círculo que te proteja.
Ponte betadine,
deja que la sangre se vuelva postilla,
la postilla cicatriz
y la cicatriz belleza.





Tú, extranjera de ti misma,
portadora de palabras contaminadas
y caricias en frascos de formol,
sombra que observa y critica
lo perteneciente a una y otra cultura,
¿dónde te perdiste?
¿quién te encontrará?

Tiemblan los párpados del día

La mañana, castigo de luz,
arruga del tiempo,
arañazo del hastío,
sendero que recorro a tientas,
en el que todo lo envuelve
este aroma a café y olvido.