es un mal símbolo,
que mira con los ojos vacíos de tanta muerte.
Pero un día
los estorninos vuelven
y los ciegos aprendemos que el silencio esconde aprendizaje,
y ya no son los cielos venas azules,
y ya no hay flores arrugadas sobre la encimera,
han llegado las arañas de la luz.
No- sola
no- sonámbula,
vagando errática entre estaciones
de vías huecas
ya no más,
ya no más,
ya nunca.