Trepar más allá de la conciencia
mientras la incertidumbre te araña las manos
Qué responder
cuando has perdido las piezas necesarias para planificar el discurso
Por qué estupor cuándo angustia dónde frío
Los días no se pliegan porque son menos flexibles que el lenguaje
Días estáticos en los que saboreas
la tormenta tan agria en tus labios secos.
No hay toalla ni forma de enjuagar este atasco de lágrimas enloquecidas dentro de ti.
No pronuncias porque estás ciega,
no vislumbras la salida
y dejas que se te derritan las razones.
Jadeas entre álamos oxidados,
se te entumecen los gestos
ante el invierno amplificado
Te reconoces efímera y torpe,
por eso vives atenazada por el miedo
de que alguien lo descubra.
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