Por la tarde los patos vuelan
sobre la quietud del mar foráneo,
majestuosos en su asombrosa sencillez.
El otoño se acerca de puntillas,
con la inherente melancolía
de un instrumento polvoriento,
enterrado en la permanente oscuridad de su caja.
Recuerdo aquella vieja partitura,
toso,
hilvano significados
para atenuar la sensación de abandono.
Comparto un mapa invisible de ilusión,
sintiéndome cerca de extraños con los que cohabito.