El poema
ese hábitat de tímidas palabras,
jungla inaccesible
(pues no se publica en ninguna red social)
que te protege cuando el sueño se posterga
envolviéndote en su bruma
para olvidar el desasosiego del mañana.
El tiempo, esa construcción social,
se desliza entre mis manos
cual canción dolorosa,
ajando esta piel
hipersensible a la belleza.
Mira, ahí están,
todas esas ácidas ilusiones estampadas
contra la ventana de la realidad.
Escuecen pero cierro los ojos
agradeciendo este intenso vivir
que me atraviesa.