El tiempo, esa construcción social,
se desliza entre mis manos
cual canción dolorosa,
ajando esta piel
hipersensible a la belleza.
Mira, ahí están,
todas esas ácidas ilusiones estampadas
contra la ventana de la realidad.
Escuecen pero cierro los ojos
agradeciendo este intenso vivir
que me atraviesa.
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