Te lees
como si de alguien ajeno
se tratara (con casi una voluntad correctora y didáctica)
pero ejerces un poco de autocontrol
y te regalas algo de indulgencia.
Han pasado tantas tús
desde que renunciaste a la palabra propia
¿Por qué volver?
Hay cierto hueco
en el margen de los días,
cierta necesidad en el fondo de la hoja.
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