Es el vértigo del parco cielo
y su altiva indiferencia azul sobre mis hombros:
no cala en mí,
es solo otro elemento decorativo
un simulacro de un cálido abrazo
sobre esta rutina tan vacua y circular.
Dame parches y tapemos con luz las manos que no encuentran destino,
los días que se desvanecen,
las palabras que inundan los cuerpos exiliados.
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