Ciegas las horas
se corrompen en sorbos de café
y llamadas telefónicas.
La vía muerta,
trenes de destino ajeno,
tiendas donde el tiempo se condensa,
serenidad del gato que habita el patio,
escuchando un lejano Wade in the Water,
envuelto en el sopor del domingo,
bajo un cielo que deslumbra
cuando los escorpiones duermen.
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