h&m.
allí reencontré a mi peor fantasma.
tenía su mirada, su gorro y se me quedó mirando fijamente.
Le pregunté si me ayudaba a buscar zapatos,
se me acababan de romper,
pese haber entrado a la tienda con ellos intactos.
Lo absurdo de la situación me desorientaba
pero la exactitud del detalle me calmó.
Me acompañaba.
El círculo se había cerrado,
sabía que no iba a volver a cruzarme con él.
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