Verlaine me visitó anoche,
tenía poco tiempo para mí,
pues iba a una conferencia a las tres menos cuarto,
nos tumbamos sobre una serpiente
tomando el fantasma del sol,
hablamos del amor y la muerte,
caímos en los mismo delirios,
Como el de las estatuas es su mirar de suave
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron...
cuando le quise invitar a tomar algo
ya se había ido.
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