desarraigada de tu raíz,
avanzas como sherpa ciego,
no recuerdas el bosque,
no hablas del mar porque ya es solo palabra,
poema o quizás otro callejón sin plaza,
otra manzana sin calle,
otro desván sin olor a antiguo,
ya no recuerdas,
pero sin embargo avanzas,
ruegas al tiempo que se extienda.
No lo hace.
No deseas más tiempo.
Ahora. Ahora. Ahora. Ahora
Te has malacostumbrado a vivir,
pero sabes que no se prolongará.
La felicidad tiene un ínfimo límite de plazas.
Gracias.
Sonríe.
La distancia es recompensa
para el animal contemporáneo.
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