hay fechas
obligaciones
para protegernos en lo tangible,
porque si no todo es no mirar,
no entender
en una incomunicación prolongada:
alejarse más y más
estando tan cerca...
pretendes una sonrisa
desde este después tan nuevo,
ninguna parte tiene nombre,
hay gente reunida
y no sabe bien por qué,
quizás por no escucharse a solas,
como cuando cruje la madera
y nadie más que tú se asusta con su eco.
caminar sin miedo es un proceso inesperadamente complejo,
una llamada te recuerda tu pertenecia
a la vida de los cuerpos,
al suave rumor que apaga la noche.
Despiertas tarde,
lejos de lo que se desvanece,
aceptando que la sombra se cobija
en los días de sol.
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