aquellas paredes
son hoy gardenias secas,
es mejor el fantasma de algo
que la carencia absoluta.
el apetito ha menguado con la luna,
la luna está sorda,
algunos dicen que no quiere escuchar,
que vive en un soliloquio indefinido.
vivir actuando para una escena repetida,
la enfermera dejó las píldoras azules,
quedaron olvidadas
bajo el sol del invierno que cesa.
el momento calla,
los jardines se acercan.
estas cortinas cubren
un anticipio de nostalgia.
cubreme de palabras
para olvidar
que hace no tanto, los dioses sentían.
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