ella evitó contar kilómetros
para no marearse,
como el niño
ante una ausencia prolongada
jugaba a inventar mundos
que cuanto más existían para ella
menos se acercaban a la tierra,
la vieron cerca de la estación del norte,
sus pulsaciones hacían temblar el reloj de acero.
aún recuerdo las hojas de su cuerpo
bailar con la brisa.
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