Dentelladas a la soledad
mientras los camaleones envejecen,
el autodidacta mira a través de la ventana
esperando que los cristales se derritan,
los coches avanzan para retornar,
la tinta se agota sin novela.
Encender el desierto,
expandirse como una película de Hollywood,
hablar de lo propio desde el lenguaje ajeno,
oír ladridos tardíos
rogando la mortalidad del día.
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