jueves, 13 de septiembre de 2012

Nítida
llega la noche
y ella tan despierta.

Tan despierta que siente sus nervios en ebullición,
como si fueran pequeños componentes de un explosivo.

Hay un cócktel radiactivo
en esa quietud extraña.

Todos los silencios,
yuxtapuestos,
intrincados,
tantos,
tan prolongados
en el enjambre
en el que se ve imbuida,



una " outsider"
que aprende y añora,
con enredones en la mente,


y sus mejillas,
tan calladas,
a veces llueven.

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