Hubo un día en el que viví,
cuando no me alimentaba de simulacros
y esta piel temblaba parpadeando al ritmo de la luz.
¡Qué distante y nítido!
El origen quema hidratando la memoria,
cierro los ojos,
deseo,
formo palabras que se enlazan a esta difuminada red de tiempo,
bailo sobre imágenes conocidas en un salón ajeno,
fluyo a través de un constante cúmulo de pantallas,
mientras este latir acompasado previene de la lluvia,
Pero los incendios de agua volverán,
estos cauces son muros que desean ser derribados.
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