he olvidado como suena mi voz
y la gente habla
mientras vago por desiertos ajenos,
adherida a esta rutina de silencio,
símbolos y conexiones lejanas.
Descabalada como un puzzle imposible
no creo en la traducción de lo vivido,
por eso callo
siendo una presencia más en la pintura de la noche,
hilvanado palabras para conseguir números
¡qué absurda la pretensión de encontrar coherencia al presente!
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