es un deje en la voz,
el disparo bajo las plumas...
somos exiliados de la luz,
la grieta afligida en una roca.
juego en el umbral de la palabra,
mordiendo prudencia
para evitar estancarme en estaciones
estaciones donde los relojes gimen
en mi lengua materna
destiñendo la piel del cielo
con lágrimas de mar.
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