Sellados sus labios:
pantano de lluvia seca,
nada emana del laberinto de solares vacíos,
Cadillacs herrumbrosos,
vallas de alambre,
viejas gasolineras,
campos infértiles,
ultramarinos de periferia,
montañas ajenas y arena ocre,
solo la tensión del reloj
y esa siniestra nube velando sus pupilas.
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