a través de la imposibilidad,
vivir a plazos,
encender el gesto con lágrimas,
agotar las llamadas con suspiros,
cortando los días con los ojos en llamas.
Cuando ya no eres tú. Cuando has perdido el nombre, la conciencia de los días, el estupor de las noches. No hay temblor. Nada duele. Ha sido aniquilado. Solo silencio. Palabras seleccionadas y automatismo al acariciar esta valla intransitable.
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