dame
una razón
para no caer en el mar,
al cantábrico anclado en mis raíces
cantábrico cuya
sal se ha hendido en mi garganta
cantábnrico
y su salitre fluyendo impaciente por mis venas descoloridas,
perderme en olas, y mar calmo al amanecer,
reflejos rojizos
de mi pelo
subacuático.
y dejar que la brisa sonroje mis mejillas frías
y desmaquilladas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario