eres la colilla
que dejó el hombre de la gabardina beige
sobre el suelo mármoreo
de la avenida sin señales ni fronteras
que recorro
olvidándote
(o al menos
intentándolo.)
Porque incluso
los escaparates helados
las aceras simétricas
los transeúntes indiferentes
el cielo sin raíces
el ruido de automóviles enlatados
me llevan a ti
y a tu ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario