tajo
en la niebla
que me impide
besarte
o acercarme a ti.
Soy aguacero
flor escúalida,
amapola
y alacrán.
Los segundos duelen,
en un reloj
donde ya no nos encontraremos,
las agujas destartaladas
caen sobre la piedra inmutable y fría.
Vierto mi esencia
en cuerpos
y caras,
busco deseo en esa sonrisa
que es cicatriz adormecida
para sentirme liviana y joven,
para vivir hoy, y no mañana.
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