no me convencen
los atradeceres made in hollywood,
ni los cuentos con final previsible,
ayer soñé que conocía a Rohal Dahl
en un café oscurecido
y contestaba sin titubeo.
NO soy la chica de piernas de mantequilla
que creíste ver,
pues en la montaña
aprendí a temblar menos que tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario