algo tiembla y nos miramos
como nombres olvidados en la lluvia,
como cuerpos escondidos en la niebla.
Los bares han cerrado.
Noviembre en su temblor de hojas
arrasadas en la melancolía de la calle.
Somos de un cielo inaccesible,
el delirio de un viaje inacabado
en la música de los cristales de tu rostro.
La noche inmensa
debe terminar en esta gota de agua.
Y el agua es una forma de espejismo,
una forma del amor
que empieza como sombra de río
sobre pieles de caballo muerto.
Nos movemos en el ritmo de la luna
y en su transparencia la muerte es un ojo de cadáver.
Nunca olvides este pasadizo,
ahora mis manos pueden romper todos los huesos de tu noche,
y tu noche es una tierra prometida,
en labio azul que nunca acierta
en la diana del olvido y del insomnio.
Abro los ojos y respiro.
Veo mi rostro en el espejo.
Abro los ojos y te amo.
11-11-2010
Luis LLorente Benito.
De su poemario
" Geografía de lo ausente"
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