Jugais hasta quemar la sombra,
besando a quien os mordió a destiempo
pero también lo perdurable duda,
hay una estrella para cada equívoco,
y este tilo ha florecido
aunque nadie lo presagiara,
dicen que es el principio de vuestro tiempo,
vosotros que soñais sin comprender hasta dónde llega la frontera del cuerpo,
vosotros aún desprovistos de sed
encontraréis vuestra respuesta
no me preguntéis cuál,
ni de qué color serán los siguientes diez minutos,
vivo sorprendida,
inventando rutinas en un ático
a dos kilómetros de la selva,
donde solo mi propio mar resuena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario