Estremecida
invoco la luz en tus pupilas
la voz se me tiñe de rojo;
esta piel es temblor y vinagre,
hay flores pálidas
cuando a lo lejos
siento ese llanto de niño
el niño llora gardenias,
llora lunas,
tan blancas,
tan puras,
tan nítidas
que atraviesa el sueño
y me desvela a deshora
entonces invoco la luz
tan lejos
que las palabras se funden;
sienten el aleteo de los cuervos
que llegan sonámbulos
como los zombies en Tejas.
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