poesia terapeutikoa
lunes, 12 de marzo de 2012
una pequeña punzada.
Un día,
el calor se volvió pálido
y la sangre empezó a ardernos,
las horas a traspapelarse,
el interior se nos exteriorizó:
implosión,
¡bum!
hasta que jadeamos exhaustos
bajo el azul nítido
del aguijón primaveral.
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