Con aquel vestido blanquinegro,
su postal escrita al revés,
y las gafas de sol
más oscuras,
erguida,
hacía sombra al temblor del miedo.
Era una escena
sin película,
un guión manipulado,
se quedo allí, de pie
esperando unos pasos
y el intercambio como salvoconducto.
Un autobús partía,
los pájaros habían alzado el vuelo,
algo falló,
quizás fuera toda aquella realidad inundada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario