era aquel tiempo irreversible,
el camino desandado
que atrajo miradas de transeúntes ánonimos,
una raíz cortada del olivo
que no supo madurar:
ella sonreía distante,
había hecho todas las redacciones,
la casa estaba ordenada, limpia,
parecía un lugar acogedor
pero su alma estaba en coma.
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