A veces me pregunto
si tras esta aridez,
más allá del abandono,
habrá una versión conciliadora
de nosotros mismos.
Una versión cicatrizada,
resplandeciente
de todo lo que fuimos.
Dame un sendero
y yo encenderé la luz
para guiarnos en los
pasajes más hostiles.
Dame una coraza
para poder escudarnos
de esta guerra
que aniquila
sin el eco de los periódicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario