las columnas de mi voz se tambalean
ante la debilidad del amanecer en invierno,
amenece
para que llegen las historias de la mirada
que se acerca,
y nada más,
solo vivir ahogando silencios.
la mañana y el medidiodía
son agua del mismo charco:
unos estudiantes miran a lo lejos,
otros se pierden buscando huellas en lo inexistente.
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