las palabras
que nos alivian tarde
después de haber amado mal
nos fortalecen la piel
y ya no somos de madera.
Hemos ardido cien veces,
por eso somos luz en el huracán de la noche,
es tu verbo más triste
la norma del jazmín en el patio
tan bello
tan en paz
tan consigo.
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