se me agotan los poemas
el tiempo nos deja,
y sus colores están ya saciados,
es hora de partir
porque nadie desea encontrarse consigo mismo
en la misma calle de lluvia y animales dormidos
donde ayer se incendió,
o quizás solo escribiera un poema,
o se le rompieran los huesos
sin decir nada.
La despedida sabe a origen,
no vuelvo la vista,
voy a dejar que la ciudad se tueste sola.
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