Él no está.
Creo verlo
pero se ha ido.
Los jaguares vienen
a bailar sobre mi lengua.
No sé dónde cambiar el miedo
por el dolor,
los probadores están llenos.
Necesito reemprender la búsqueda.
Alguien me sugiere otra huida
en un " nosotros".
Me tiemblan los versos.
La conciencia aúlla débil.
Nadie me encontrará en los caminos de la serpiente,
cada noche cambian de lugar,
y ante todo me conducen a un paraje único,
es el lugar donde llegan los naúfragos del tiempo,
errantes con sus besos muertos.
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