La imposibilidad
es otra negación a las cuerdas
que los ataron hace ya muchos otoños,
cuando sus voces menguaban con la noche
y lo desconocido parecía un terreno abarcable.
Aferrarse a la dificultad,
encaramarse sobre ella
sin pensar demasiado.
En esta ciudad no se advierte la tormenta,
está dentro de sus piedras,
bien saben que cuando la calle se vacía
el peatón tiembla.
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