El transcurso de los años
había sido pausado
como un trabajo doloroso,
la explosión más lenta
en una sala insonorizada
de colores extraños
y geografía ausente.
Ahora la ciudad no era tan grande,
sus calles son viejas conocidas
y no busca destierros en otras voces,
respuestas en otras sombras,
solo se deja arrastrar por el invierno,
sin destapar los huecos de la memoria
ni proclamar lo vivido al silencio.
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