Es la trémula sonrisa
de quien se siente joven
bajo el cuerpo del invierno.
Los veranos de metal
se han derretido.
El hielo cura los cristales rotos,
nos embriagamos de viento
y desnudamos los matices del presente encendido.
La casa nunca estuvo vacía,
había ecos de lluvia en su interior.
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