Una mujer baila inconsciente
con el bosque cerrado,
derrama su inquietud sobre las ramas,
se cierne sobre ella un presagio de olvido
y titubea un instante,
no lo sabe
pero ha encendido hogueras en el lobo gris.
La mañana
sugiere seda confusa
y abismos en la voz del silencio,
todos los robles susurran estremecidos
al compás de su sentir enmarañado,
esta tierra la siente palpitar con los cercos de la luz.
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