sábado, 10 de diciembre de 2011




La ciudad ardía en llamas invisibles,

el frío era una lata vacía,

aquella noche

era repercusión de muchos silencios.



La rutina de piedra

y el olor a viejo

desnudaban el arco de su espalda.



Necesitaba un túnel

a otro puerto,

una pista

hacia otra cumbre.

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