domingo, 20 de enero de 2013

aquel arrullo de invierno dulce
deshaciendo esta melancolía de vivir a plazos,
la retina de quien suspira sin mirar,
el desaliento de los gatos tristes,
mi estupor al comprender
los mecanismos sin nombre,
tu sobresalto al descender
hasta la playa más oscura,
encender verbos mientras alguien hace café
y los días mueren sin necesidad de versos. 

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