miércoles, 31 de agosto de 2011

una brecha,
la claridad de esta certeza,
acertar la dirección de la bala,
intuir el pájaro sobre el asfalto,
esa hiedra en la boca del poeta...

no tiene porqué ser un cambio positivo.
interpreto malentendidos,
son estelas sobre la nieve equivocada,
palabras donde mueren los cisnes,
juegos de señal difusa
y fondo insondable.


interpreto malentendidos
para evitar esta rutina de pan y hojas secas.
no hay caparazón
contra la fortaleza de piedra.

el silencio duele,
pero suele ser efectivo.

todo es efímero

nos dijo un paseante,

y hasta la luna mengua...
el poeta es incorpóreo,
arrastra demasiadas palabras.
cuidar las distancias,
alejada del fuego,
contemplar la ciudad en la quietud de ti misma.
la nuit descend....


y ella es un laberinto de miradas esquivas.
el minotauro no era un monstruo,
simplemente,
había pasado mucho tiempo solo.
permíteme un poco de ironía
cuando las paredes se oscurecen,
o la sonrisa muere
o mis columnas tiemblan.

como trabajo no remunerado

y pese a Nietzsche,
sufrir no vale la pena.

train in vain.

amar fue el preludio de un castigo
autoimpuesto.
Las mejillas descansan sobre lo ausente,
han anudado tanta memoria
en las piernas de la joven
que no camina bien,
sus tobillos gritan,
desconozco por qué,
pero siempre se alivia
tras desatar todas sus palabras muertas.
desoí el consejo del sabio,
al acercarme demasiado
caí de la verja,
no estabas,
ya lo sabía,
por eso no grité.
agosto termina
atardeciendo esperas,
la luna no sabe si aparecer o huir a otra ciudad,
esta se perfila como lenta guerra.
nadie se apeó en la estación elegida,
todos hacían trampa,
el miedo los devoró,
las promesas llegaron tarde,
ni los niños se habían creído la historia.
sí,
atravesó montañas
hasta perder la cuenta de los kilómetros,
los días, las semanas, los pueblos, los valles,
las sendas,

solo quería avanzar
y no estar sola.
hay heridas enterradas
bajo la acritud del verbo.
caminaba seria,
sus pasos eran incendios estériles,
bocas sin paz,
presencias inaprensibles,
páginas con heridas secas,
había perdido latitud,
nació el tiempo en la comisura de sus labios,
en la ciudad estaban excavando pero parecía no haber nada.
lo incompleto
pertenece a la hora en la que decidiste
no derrumbar aquel montón de palabras dispersas.
el alarido
supo apagarse a tiempo,
nadie observó nada inadecuado
pero todas las ventanas estaban rotas.
el vacío es siempre fuente de muchos versos,
su latido equilibria esperas
y gargantas de sed que no amaina,
el vacío se ha ceñido al cuerpo
para permanecer en él como poema.

no espero que lo entiendas.

han matado algo en ti,
los perros lloran ante la luna incongruente,
nadie busca la inercia por falta de espacio temporal,
este silencio muerde,
han arañado las ventanas de la luz,
alguien dejó una nota,
no ha llegado bien,
el canal escrito confunde las miradas,
optas por recluirte sin ser vista.
contener lágrimas,
salir al balcón,
deshacer deseos ahogados en la constancia.
Estás ahí.
No puedes articular ninguna palabra,
pesan demasiado.

¿Dónde irás?
despertar
cuando todas las manos se han hundido,
al este del río,
donde naufragan los secretos de la piel callada.
peor que la ausencia
es cuando lo vio:

aquellos débiles hilos
habían sido solo otra diminuta parte de lo ajeno.

no hay leguas

para describir la lejanía que desprendió ese instante,
la rutina podía ser una calle muy transitada,
pero no por eso
hacía menos frío en aquel repetirse de los días.

martes, 30 de agosto de 2011

besos inconstantes,
una carta para constatar presencia,
para desenvolver el absurdo con las manos cansadas,
en esta pirámide de los leones sin sed
han cerrado las puertas del recuerdo:
su claridad hace llorar a los que tiemblan antes de medianoche,
nadie ha escrito bien sobre los que escribieron.
esta es la estela
del ensimismado presente,
donde todos son rostros en una nube indefinida
y solo suspiro
después de saludar a vagos fantasmas.
la bala que no llega,
no hay heridas ni trama,
solo esta permanencia inesperada de lo inaccesible.


el presente no cabe en las maletas,
es simple,
pero pesa demasiado.
the vast majority of the birds have died.- said the man of the black suit.
my eyebrows were fallings,
all the birds were gone,
I felt just like a child in an empty station.

lunes, 29 de agosto de 2011

hay una guerra en el interior del gesto,
el hombre más tímido dice "tal vez",
la tormenta arrecia,
como manzanas en el balcón,
no he pedido a nadie que encendiera la música.
la vida empieza
después del miedo,
puede que el día salga bien,
que nos aleje de los glaciares de sal
y solo deseemos lo pronunciable.
la mañana despierta hogares nuevos,
esta latitud me pertenece,
hay voces en calles de este mapa,
sus líneas forman el preámbulo de tu presencia.

viernes, 26 de agosto de 2011

los detectives mueren sin casos,
la luna se esconde por si hay disturbios,
el cuerpo busca, no encuentra.

refresh.

he dinamitado el pasado.
la nada es donde la novedad comienza.

solo recuerdo de algo:
necesito ser nueva.
lo que perdura un instante
puede ser eco de una vida.
Hay una guerra:
el viento estival
contra las tejas y el cemento.

Esta construcción no late,
ni se arrastra ciega en busca de calidez,
se mantiene hermética
como la ciudad prohibida,
hay un plano qué explica todos sus porqués,
no ama,
no sufre,
es eterna.

¿Por qué no llamé?

la desapetencia también olvidó sus motivos.
las fechas se me enroscan al cuello,
hay una serpiente de cascabel
pero no tiemblo,
hay una luciérnaga,
la noche es débil luz en un camino de tierra.
la tormenta no tiene edad,
crea círculos al rededor de las manos,
líneas de perfecta precisión.
Los caballos y la escarcha
se apegan a ella como raíz de un mismo sueño.
Muerde el iceberg,
hay un continúo deshielo en su cuerpo,
es la tormenta,
o su presagio,
correr a través de un paisaje mil veces descrito.

cuando no sonríes

todo lo que fluye está vivo,

y curiosamente,
prescinde de ti.
la soledad,
tu cuerpo negándose al olvido,
hay grafittis en la pared
con nombres de ideas antiguas,
no hay parada de autobús que llegue hasta ti,
el tranvía es una fotografía muerta,
escuchas el eco de la autopista,
el charco no te refleja,
aún no sabes
porqué la duda es tu constante,
porqué el presente es beso inesperado,
porqué elegir qué dirección tomar


pero avanzas, avanzas, el reloj no sabe mentir,
su tiempo transforma toda visión en poema.
No limites la canción
al error de un verso,
las gaviotas planean un último asalto
al barco devorado por el mar.


Calla.
El verano es un pulso a lo incierto,
ella baila sobre el muelle,
esperando una melodía antes del otoño.
Buenos días,
soy la noctámbula que amenazó
con enterrarse en tus vacíos.


Abro la puerta,
nadie se quejará,
en este espacio nunca hace frío.


Aquí,
constante,
contra mí,
el aletargado fluir de la luz.
es esta frecuencia,
esta frecuencia
que desenreda los silencios.


la boca es el límite de un poema,
el poema se compone de la luz cuando es lenta,
los libros se llenan de polvo
y esta lámina cobra vida.

es esta imagen,
su frecuencia.

jueves, 25 de agosto de 2011

16 de Agosto

del oficio de vivir, de Pavese.

La más suave y tranquila y blanda estación, el otoño, suplanta a la precedente y se establece con pavorosos sobresaltos, temporales enormes, tinieblas matutinas, torbellinos y destrozos de hojas que hacen entender cuánta violencia cuesta la madurez.
el amor al viaje,
perder raíces,
la demencia de saberse ajeno a un canon,
al patrón que a todos apacigua.

esa indecisión del presente
entre los dedos,
la sombra del arpista ante una sola nota,
la belleza expandida
hacia ningún sol


dónde iras
desde esta media hora tan ajena...
buscando un rastro en las páginas del día,
una voz que te sumerja,
lejos de la evidencia,
esa calidez única
al ser solo intuida.

dices que te diriges al otoño,
creyendo que el otoño es una cala para llegar a algún otro lugar.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Aterrizan
los ataques sobre su rostro
en forma de sombras de alambre,
su vientre es un campo de espigas
y no quiere más palabras,
el tiempo se pega a la voz que quiere cantar,
los pájaros no pueden elevarse,
nadie tiene tiempo para escucuchar al cuerpo,
ciego de veranos trenzados en el pelo rojo,
nadie siembra,
hace calor,
los poemas son icebergs en dunas:
antes de ser descifrados
se derriten en bocas muy pequeñas.
she was just there,
standing in front of the fire,
wondering where he could be that foggy night,
" the fog always reminds me how much I miss home"
his voice was the forest's main echo,
it was deep and harmful,
even if the time had long gone,
but suddenly things happened,
and she didn't have time to spend with ghosts anymore
she started to live faster and faster
and she forgot all the names
all the faces
all the ghosts
all the sins.

That morning she felt pure,
life was a secret she has owned,
it was just there, hidden in her arms.
ella sabe que nadie la observa,
juega con las manecillas del reloj
sin la pretensión de detener la noche,
la noche no le pertenece
ni su aroma se demora en otros labios.

Es una imagen sin reflejo,
la sed de un jaguar herido,
el cuerpo de una flor lejos de la tierra,
tembloroso pero aún bello,
un silencio en las montañas del tiempo joven.



dime por qué se esconde
para trazar telarañas de poemas
en estos charcos de la nada,
a dónde se dirige
dejando huellas con esta estela de faros en el mar,
bebiendo luces de ciudades inabarcabeles,
olvidando cadáveres exquisitos en un banco de tren antiguo,
encendiendo velas al principio de lo sagrado,
donde siempre hay pleamar
y aprendes a dirigirte a tientas,
allí, donde ella está,
aún sin saber quién es,
esperando cerca

ella cuenta, tú cuentas



un, dos, tres, cuatro

aprende a leer sus márgenes:
traducíos en el desatino de un impulso.
al tallar su piel,
la estatua se dolía,
eran golpes secos y uniformes,
ecos de rebelión ante los ojos más pasivos,
aquella era una belleza lenta
pero inquebrantable,
como el amanecer bañado en escarcha,
como esa calma después del llanto.

lunes, 22 de agosto de 2011

me baso en ti
para liberar manos de cuerdas.

han rodado las ideas preconcebidas
de los espectadores ajenos.

creamos un instante en el recuerdo.
una bala a quemarropa.
el aullido del metro.
han establecido un acuerdo.

nadie dictará dónde
porqué
o en quién nos perderemos.
la débil voz,
su piel frágil,
un principio al escalar,
y después la pendiente
y después la rutina

¿dónde están los días convulsos?
¿a dónde te diriges ahora, cuando todo gesto está callado?

las brasas más vivas
crean una pirámide,
sobre ella,
como un gato,
el presagio o tu presencia.
la memoria:
son solo poemas,
un tránsito
hacia otra fuente,
un cuchillo
sobre el cuerpo de la luz.
las hojas
eran láminas que nadie compró,
el támesis
aquel lugar donde se descubría ese temor de la mujer marina,
el temblor de su tinta,
la luciérnaga que atrapó el niño que ya no lo era.

El último museo cerraba siempre a la hora del té,
sus cuadros se nutren de lluvia,
nadie consegue dormir,
siempre espejos que murmuran
y sirenas como bocas encendiendo la noche.

jueves, 18 de agosto de 2011

la memoria,
malheuresement,
no es biodegradable.
encuentra el beso
antes de que tanta lluvia
nos vuelva cal submarina.
el bus encendido
en una risa.

miradas que tropiezan torpes.

la despedida callada.

otra boca. un deseo. este presente tan fugaz.

excuse me.

el gato evita la cercanía
en esta ciudad de oficinas
y miradas que arrastran silencio,
el gato tiene grandes ojos de rio,
en la ciudad la lluvia habita los cuerpos,
el metro es un hormiguero
de encuentros enredados,
deslizarse entre miradas confusas,
atravesar el parque,
el campo de fútbol,
bajo este cielo gris
que refleja una piscina olvidada.


sobre la hierba, los cuervos susurran historias,
hay sombras oscuras que corren junto a ellos.

En casa, el gato altivo
se acerca a la mujer,
bajo el calor de la lumbre
sus miradas son hermeticas y suaves,
como un temblor en la niebla,
comp-onen el cuadro,
comp-arten sigilo.

martes, 16 de agosto de 2011

abrigarse en fechas
para huir de los propios vacíos.
esta moqueta se enciende al dormir la casa.
Dicen que desprende una llama azul.
Por la mañana, nadie tiene tiempo para limpiar su ceniza.

la buena educación.

el río contenía
todas las lágrimas
que las madres habían enseñado a guardar a sus hijos.


Al soñar, la ciudad susurraba " please" y " thank you",
el eco de los barcos lo procuraba camuflar.
Era todo tan contenido
como un vaso de té
o aquella galería recién pintada.
el beso de un ángel no tiene textura,
es solo una ráfaga de viento
en el tiemplo con columnas de lluvia.
el camerino vacío
arrastra la sombra de una mujer pálida con sed de frambuesa,
ocultando su memoria en el tocador
fija su mirada en la fábrica de Terry Gilliam.

Ha creado un oasis con limite temporal,
hay baldosas para tropezar,
pero todo está asegurado,
nada muere,
es una llanura de notas estremecidas
pero ilesas,
la belleza de la luz en otros ojos
a través de algún cristal,
dicen que aquel rascacielo es una lupa.

La melancolía y el sueño,
los caminos más tardíos del parque,
la tormenta de colores cálidos
y el aroma a flores y especias,
la ventana,
un surco,
las luces de la ciudad adormecida,
un verano es el animal más lento,
la burbuja de lluvia
que regenera los versos,
un suspiro
en el principio de un cuerpo esquivo.


Ella es el fin de la niebla,
no habla
solo sonríe estrenando el tiempo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

huir de todas las voces de boca tensa
y fondo falso.


el olvido es esta flor amarga,
no ser libre como elección,
consumirse bajo un precio.
la terminal
donde espera la mujer
con medias verdes
y sonrisa entristecida
es un páramo de abrazos.


las razones se le secan
bajo el cuerpo del sol más débil,
un gato mira por la ventana,
el metro está cerrado,
los niños no van a jugar.
esta cárcel
tiene manos y dedos,
memoria y nombres propios,
es como un búho insaciable,
la figura que nos aleja,
un ecalón a ninguna parte,
el desierto en los incendios de la voz.

Después de los ojos que se rompen,
en una vidriera nos veo
y no me gusta.

Aspiro sombras,
el cuerpo ata,
la vida se ralentiza,
nadie puede salir
en la calle donde todo queda prohibido,
aquí mismo,donde la nada perdura inamovible.

Solo empiezo a aterrizar en esta llanura de colores espantados,
en este principio del fin de las cosas volubles,
y también el pasado es un idioma extranjero.

Llega la paz
pero el gesto gesto es ya un animal endurecido.

El esfumato, su piel borrosa,
nadie se ha llovido tanto como ella en el parque,
las miradas electricas de la mujer serpiente han quemado el pararayos.

Hoy los hombres de la previsión se mojan
al esconderse en mapas demasiado pequeños,
las goteras en sus paraguas son sangre,
no hay luz
para este sueño invetido.

notas oxidadas,
una magnolia yerta
en la cicatriz de lo que fue bello,
vida mermada en una ola,
palabras cálidas
en lagunas ponzoñosas,
la tarde esconde lazos que ahogan.

Son las ocho y media
los días se encharcan
no puedo respirar.

viernes, 5 de agosto de 2011

la rosa en su principio,
piel equivocada,
y aquel gesto atemporal
que cae en mis trazos,
disuelto en lluvias
como laminas de un pintor sin escudo.


aullido intermitente
desde el fuego de los aviones que parten sin buscar regresos,
describiendo principios
en una tierra nueva,
en un escenario libre,
en lo ajeno que nos reinterpreta
para devolvernos la voz.
han delimitado
el agotado fluir de la niebla.

mis raices son el pasar inesperado de un primer meteoro.

el cuerpo joven busca la luz incompleta
por miedo al fin del barco.

los cestos se abrasan
en la boca del cielo.

no estaras cuando en la orilla llueva,
tengo zapatos
para avenidas, cafes,jardines y barro.

miércoles, 3 de agosto de 2011

la voluntad del gato
es inaccesible a los ojos de la esponja,
la ciudad es un diagrama de luces
y la mentira suena tibia y distante.

hay preguntas
en los hilos de metal,
nos enredan y dejamos de mirar a los ojos,
por si lo cercano hiere.

Es el agua que fluye,
son los recovecos del tiempo,
el verano de cuerpo calido,
esa sonrisa menguante que salpica tan suave...

lunes, 1 de agosto de 2011

su negación la salvó de los colmillos,
en aquella trinchera
cohabitaba con lo satisfactorio y lo difícil.
la contemplación prolongada
me revela el peligro
de habitar tan cerca del desierto
donde no hay tregua
y todas las voces se empujan:

no hay espacio para más fantasmas,
incluso la memoria tiene aforo limitado.
incomparable
ajeno
lo que siento
al escapar del cuadro
que me asignaron
en algún despacho, en algún lugar.
es este tiempo
que nos limita tan lejos
deseando cercanía en trazos invisibles.

esperar un café
y otra historia para permanecer
en forma de carta.
Las canciones están donde las caléndulas se apagan,
los besos del agua se han escurrido,
y mis brazos son un amago de ausencia,
por eso escribo desde un portal vacío,
cuando la tarde parece desmayada
y todos los cuerpos jóvenes huyeron del páramo,
escribo y hay tinta en mi boca,
desenredo la voz
para que escuches mi eco desde otra ciudad.