miércoles, 26 de septiembre de 2012

Esta ahorafobia es transitoria,
transitoria,
transitoria,
transitoria,

o eso dicen los que hablan de lo lejano.
¿Cómo vencer el vértigo ante la infinita simetría?

Estoy en la tercera mesa.

Las mesas son idénticas
como hileras de libros
encuadernados con la misma tapa,
ubicados en perfecto orden,
sin desbordarse,
estáticos.

El perímetro de esta enorme jaula
me asfixia.

Escher lo conocía,
yo no.
Inmersa en un mar seco donde la proximidad es distante,
donde los amaneceres cálidos no existen,
ato cabos,
espero a que la espera se haga más breve,
descorcho días homogéneos,
intercambio palabras débiles,
ebria de carencias,
consciente del desarraigo que lacera
pero esculpe.
Cuerdas,
alas,
páramos,
esquemas,
powerpoints,
la luna es un globo oculto,
no hay charcos
cuando la lluvia pertenece a otro planeta,
tan presente como extinto.


No hay alarido
sin quien te salve.
El transcurso de los días escuálidos,
un horizonte sin trama,
el cuerpo se deshilacha
para ser cosido,
alguna vez,

para volver a ser,
volver a SER CON MAYÚSCULAS,
sin pantallas,
sin kilómetros infértiles,
sin silencios sempiternos.
No me encuentran en los mapas
pero, inexplicablemente,
siento,
siento como se derrama la vida en vasos individuales,
en humo,
en cristal,
en polvo.


Y pese a todo el instante late.
Los árboles no son de cartón
y el frío me susurra
que estoy viva.
he olvidado como suena mi voz
y la gente habla
mientras vago por desiertos ajenos,
adherida a esta rutina de silencio,
símbolos y conexiones lejanas.

Descabalada como un puzzle imposible
no creo en la traducción de lo vivido,
por eso callo
siendo una presencia más en la pintura de la noche,
hilvanado palabras para conseguir números
¡qué absurda la pretensión de encontrar coherencia al presente!

sábado, 22 de septiembre de 2012

Hubo un día en el que viví,
cuando no me alimentaba de simulacros
y esta piel temblaba parpadeando al ritmo de la luz.

¡Qué distante y nítido!

El origen quema hidratando la memoria,
cierro los ojos,
deseo,
formo palabras que se enlazan a esta difuminada red de tiempo,
bailo sobre imágenes conocidas en un salón ajeno,
 fluyo a través de un constante cúmulo de pantallas,
mientras este latir acompasado previene de la lluvia,

Pero los incendios de agua volverán,
estos cauces son muros que desean ser derribados.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Desde esta galaxia ajena,
a través del destierro más árido
un retorno a la lentitud.

Examinar la vida
con la objetividad del espectador indolente.

El presente es allí.
No decir " ahora"
porque hiere.

Cerrar los párpados;
una lágrima,

 hubo noches en las que bailamos tan cerca

y está tan lejos,
tan lejos...


jueves, 13 de septiembre de 2012

Él despierta
cuando mis párpados piden negrura.
Extenuar el cuerpo
para adormecer el espíritu.


Escuchar música ante un anhelo de voz cercana.
Nítida
llega la noche
y ella tan despierta.

Tan despierta que siente sus nervios en ebullición,
como si fueran pequeños componentes de un explosivo.

Hay un cócktel radiactivo
en esa quietud extraña.

Todos los silencios,
yuxtapuestos,
intrincados,
tantos,
tan prolongados
en el enjambre
en el que se ve imbuida,



una " outsider"
que aprende y añora,
con enredones en la mente,


y sus mejillas,
tan calladas,
a veces llueven.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Espectadora tranquila,
paciente,
espectadora sin lente,
espectadora con  conciencia de haber vivido tanto
sin distancia,
a través de ella,
saltando todo vado,
surcando cada canal,
elevada a tal altura
que cuando el descenso llegó,


ella,

tan desprevenida.
Manual de supervivencia
¿dónde lo dejé?
El standby se agota.


El presente, o fluye,
o se seca.
La religión de la sonrisa.

¿cómo sostener una sonrisa
si carece de cimientos?

Los edificios, sin vigas, se derrumban.
Empapada en lo ajeno,
el frío resplandece al morir la luz.

Lo abstracto meciéndote cuando no hay nido al que huir,
ni brazos,
ni paz,
solo asfalto,
carreteras con individuos encapsulados,
teléfonos para comunicarse,
amaneceres monótonos,
reminiscencias de la vida intensa,
palabras arrojadas al vacío,
huecos,
goteras,
este deslizarse perezoso del presente
dejando un latente sabor de frustración
que te marchita,
te vuelve cactus,
no necesitas agua,
ni lluvia,
ni cercanía,
solo estás,
estás siguiendo tu curso académico,
hablando de metáforas en cisnes,
el sueño americano,
la revolución chicana,
el renacimiento de Harlem
y sobre gatos que aman
incluso cuando les duele,
porque ellos sí,
ellos tienen a dónde ir cuando las luces se apagan,
cuando la mente es esa burbuja intermitente
que ruega el sueño,
deshidrata la visión,
maldiciendo la persistencia del tiempo.


Respirar sin pálpito,
descubrir sin sendero,
¿Cómo luchar contra lo inamovible?

sábado, 8 de septiembre de 2012

La emoción
del fotograma,
correr siendo energía eléctrica
bajo una lluvia
que te descubre joven,
pisando cemento, charcos y hierba.

Eres una criatura acuática,
la vida se derrama en ti.

jueves, 6 de septiembre de 2012

extrañamiento

Entra en clase.
El profesor no ha llegado.
Calla, repasando los capítulos que se expondrán.
Participa, destacando, labrándose el éxito:
Así podrá tener una gran casa.
Quiere el "truck" más grande de la manzana.
Hablan del sueño americano,
pero él no se identifica,
la identificación requiere un consumo de pensamiento inecesario.
No recibirá nada a cambio.
No le sirve.
Acaba de tomar notas en su MacBook.
No despide a los compañeros.
Se aleja con el teléfono.
Coge el coche.


No ha sido consciente de la estupefacción del extranjero que ha observado su conducta.
Es la del triunfador.
Encomiable, sin duda.



Lo útil.
Pragmatismo fascinante,
tan envidiado
como imposible.
Tener a un grupo de individuos cerca
y ser consciente de amontonar trivialidades

( véase)

el tráfico es muy intenso

ha refrescado


¡cuánto trabajo!


¿a dónde iremos?


qué diferente es...


qué bueno está esto...


etc

etc

etc

Silencio sonoro

al rogar que transcurra el tiempo,
un, dos, tres, cuatro, cinco,

etc. etc. etc.
Desvanecer la fragmentaria memoria
en un puerto subterráneo,
debajo del suelo de esta habitación,
desarraigarse de lo que debe ser omitido,
censura,
sobreescribir la vida para que no duela.

western.

Este fluir es la escena más lenta
del subconsciente de Jim Jarmusch.



Aquí no existe un Inisfree al que huir,
carretera y vértigo,
individualidad competitiva,
el rap del silencio.
Dentelladas a la soledad
mientras los camaleones envejecen,
el autodidacta mira a través de la ventana
esperando que los cristales se derritan,
los coches avanzan para retornar,
la tinta se agota sin novela.

Encender el desierto,
expandirse como una película de Hollywood,
hablar de lo propio desde el lenguaje ajeno,
oír  ladridos tardíos
rogando la mortalidad del día.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Soñar con la lluvia,
enredarse en la maleza,
respirar el bosque
donde no se encuentra.


El seven eleven está cerrado,
las luces del campo de fútbol siguen encendidas,
es tarde,
los escarabajos implacables se adueñan de la calle
cuando los ojos de los noctámbulos se fatigan.
el despertar previsible y sereno,
los cereales y el zumo,
un orden sobre la vacuidad,
música,
fotografía,
pantallas:

este reino de alienación necesaria.
Demasiados coches
toman cierta dirección
obedientes a guías ciegos
que jamás se han hallado.


Conocer el origen
para volver,
tras haberse adornado de vida,
siendo tu propio orfebre,
con paz,
fortaleciendo esta clara visión,
curtida por las punzadas de la espera.

Lo esencial
se saborea justo antes de perderse
en otra atmósfera,
cuando más vívidamente se percibe,
al deslumbrar.
Septiembre es una criatura solar y melancólica,
sus plumas se tiñen de desconcierto e hilos de color malva.
La luz se filtra al amanecer
y ya te reconoces en el extremo del tiempo,
donde hay dunas habitadas por lobos
y fragmentos de memoria en su gris arena.

Este puzzle
de escenas
se conserva en la piel
filtrándose a través de la palabra.
este páramo
es un inmenso prestigitador de la luz,
pues su acritud
a veces,
trasluce una increíble belleza.

Who will comfort me

Esperar bajo un álamo
y deshacer los enigmas de la senda,
cantando al sueño
sin hombro sobre el que recostarse.
Desear la brevedad de la noche
como los niños esperan sus regalos
al perder los dientes,
resbalar en el tránsito de esta conciencia lenta.
gravitar sobre el vacío
con una intensidad moderada,
tejiendo tapices sobre esta concepción abstracta
de ti misma.
La penumbra de un tal vez,
el latido de los pájaros exhaustos sobre el desierto,
gemir en silencio es para gatos que no pueden saltar verjas,
la sangre bajo este cielo quema
mientras nos desnudamos
 en esa quietud de quien duerme bajo un árbol viejo,

la carretera áspera,
un hermoso fotograma,
las plumas del atrapasueños,
reecontrarse al atardecer,
caminando hacia el hogar
empezando a conocerse en lo ajeno.