lunes, 31 de octubre de 2011

la belleza de lo inaprensible
como un cúmulo de escenas,
Antonioni en un campo de trigo.
Boris Vian en la espuma del mar.

Dame un arco,
dibujaré su historia.
Nunca digas
irrevocable,
ni exprimas naranjas desalentadas.


Lo dulce, si apresurado, mortal.
curtir las piernas frías,
hechar de menos el contorno de los bosques,
la inmensidad del mar
siempre deseado
por ajeno.
no hay réplica al pasado
ni suplica para el futuro.

Todo fluye, así, sin más.
La promesa del retorno
del caballero oscuro
suena a propaganda indiferente.

Ella desdice las palabras de mermelada,
la áridez de su conciencia
la resguarda.
y le da igual
que las fresas maduren y se pudran,
el caballo sigue la carrera,
surca bosques de haya
desiertos de cactus y la ruta 66.


El caballo corre ajeno a los hombres.
Huye del espacio,
sin redadas ni tiempo para saciar su destino.
Jack volvió a la carretera
sin poder saquear el templo perseguido.
El paradigma sobreentendido
desvistió la ciudad
causando solo un bostezo
en el errante escéptico.
Era tarde,
se había hecho tarde
y otra vez la espera,
inconcebible,
cículos en auroras quebrantadas,
marcos sin escena,
jardines deshabitados de lluvia.


Las serpientes despiertan cuando se pone el sol.
sobrevivir a la indiferencia,
el latir desnudo no asusta al hermetismo
de la pantera insomne.
la miopia lingüística se exhibe en conversaciones vanales,
un clásico suena de fondo,
hay tormentas mitigadas en el fondo del cerco.
la pesadez de la ignorancia
roza su cuerpo,
es metal frío,
el frío rescata a la mujer del abstracto,
es una certeza física.
no sabes si los susurros
serán ecos de junglas de cristal
o coches que no lleven a ninguna parte,
los labios en la escala de Ritcher,
lentos pero turbios.

Se mueven despacio
despacio,
como ecos
de una canción en la raíz del olvido.
Hay seres en la sombra
pero la plaza es un escenario estático,
hace frío para las estatuas sin bufanda,
nadie espera llamadas
cuando el autismo se desliza como idea
temporal y agradable.

Acaricias la noche
con guantes de seda.

domingo, 30 de octubre de 2011

Her Morning Elegance / Oren Lavie



Despertó.
Su sueño destilaba aún cadencias de tango,
imprecisas pinceladas de una noche sin destinatario,
la inercia del globo de luz.
Luz.
Maletas.
Café y canela.
Movimiento lento.
Determinación sobre el cuerpo.


Quizás el matiz ajeno
era aquella sombra presente:


Alguien había llegado...
Mitigar el tedio,
desandar las escaleras equivocadas,
asaltar los imperios de la voz
y sentir a través del sonido,
masticando días
como goma dulce,
buscando sombras
adheridas a las nuestras
para crear un todo irracional
aunque sea unos días,
buscar nidos en tempestades,
y verdad en los ojos de la pantera.

Alguien ruega que la espuma no nos agote,
las costas nos dirigen a nosotros mismos,
por eso respiramos en paz
y hablamos más bajo.
Reprochan
los árboles que desfiguran sus hojas
para repartir cansancio y transición,
las voces neutran desean
nuestros los labios bien sellados.


Pero este silencio también se rompe.
La rebelión de los jóvenes
irrumpirá en el salón principal,
devorando lo anterior con fiereza.
el baile de la existencia,
el danzar sutil de esta luz sobre las cuerdas del mar.
no hay noticias,
el eco del silencio golpea las láminas,
su vientre es una caja rota,
han deslizado algo tras la puerta,
es algo que asfixia pero adorna,
una carga muda,
el miedo en los hombres de mirada tranquila,
ese miedo que eriza el cabello de la mujer pasiva
precisamente por que no se ve.
no entiendo
por qué se dieron las distancias
ante las similitudes evidentes,
por qué
no podemos vivir sin elegir
durante dos segundos,
mis branquias
me permiten surcar el mar
pero no encuentro
el alud de tu cuerpo en ningún naufragio.
Solían decir que aquellos jóvenes tenían la boca cubierta de hielo
y manejaban con habilidad sus marcos de autoficción.

El desarrollo dela luz eran todos aquellos años desperdigados
en la plaza de piedra y cielo.
Despertaban tarde con las preguntas desatando incendios
bajo el letargo de unas manos solas.

Aquel frío fue distancia,
el miedo ajeno,
tan fácil de advertir,
los soldados retirados llegaron a la cala de las fieras pasivas,
se anticipó el tiempo sobre su espalda,
" me gusta tu madurez" le confesó una estatua a la lluvia,
la lluvia cubrió el rostro que ardía,
antes de avanzar, indepenendiente, a otra tierra,
hacia un paisaje extraño,
a través de nuevas sombras,
a través de antiguos besos,
ya destartalados como construcciones en crisis.


Ellos curtieron su voluntad,
la memoria era efímera
como cualquier encuentro casual,
como los números sobre el calendario que no se mira.

Pero, cada día despiertan más expectantes
sin entender qué viven cuando tiemblan sus cuerpos.

sábado, 29 de octubre de 2011

Me recuerdas mucho
a tal actriz,
dijo con sorna.

Renoir, Truffaut y Cassavetes bailaban en una fiesta privada,
Antonioni perseguía mujeres en andenes vacíos,
Kubrick despistaba planetas extraños,
Gus Van Sant exprimía el dolor del silencio más lento.

Pudo haber elegido cualquiera,
pero era ella,
la mujer volcán de cabello oscuro
y tabaco rubio
quien no era,
quien quiso ser,
y aquella palabra fue advertencia,
rompiendo su realidad como vaso roto.
Mîse en abîme,
evítame la violencia,
exprime el candor de un primer invierno.

La realidad es impulso mitigado.

¿Qué hará ella con el montón de días inválidos?
La última caja
de las cajas chinas
que me regaló usted
es desasosegante,
pues contiene la nada.
Quise ser la mujer de Rhomer
para que quizás él arrancara
el desaliento de mis labios de gomaespuma.

Pero habló de un quien ajeno
y se descrearon las compuertas de la esperanza.

¿cómo hacer míos los aullidos del lobo gris?
El lobo aquel marcha en el expreso de las diez y media
y mañana su nombre será otra gota de lluvia en algún charco.

Mientras tanto,
atravieso la niebla
cuando esta ciudad omnipresente cristaliza ecos.

viernes, 28 de octubre de 2011

se estrecha el camino,
los años oscuros concluyeron hace mucho,
últimamente el claroscuro avanza,
hay un supermercado cerrado,
piensa en el ajedrez,
el ajedrez es un juego para personas pacientes,
sonríe,
la tarde mantiene tantas respuestas veladas...
Sentía el clamor
de la batalla
pero eran todo folios mal doblados
y música comercial
en un fondo desvahído.

La heroicidad discutible del hombre de hojalata
contra mis manos de muñeca diabólica.

Usted se dejó una carpeta sobre la mesa,
nunca pude enviársela a ninguna dirección,
aún espero un golpe en la puerta
y la solemnidad de su abrigo osuro,
algún día,
cuando todo sea un esfumato
y nadie se acuerde de todos los soldados de plomo
que destrozamos entre estas paredes,
cuando usted miraba por la ventana
y yo me detenía en su expresión absorta,
sin que el tiempo fuera límite,
en un espacio interior, lejos de la nieve.

EScribo para recordarle que vivimos al margen un día.
no quiso:
la duda había emborronado la noche
y todo eran cortinas rasgadas,
cuerpos ingenuos buscando su origen
en equívocos presagiados.

jueves, 27 de octubre de 2011

no creo en el " aura poética"
sino en quien escribe cuando las horas
se atragantan
y hay demasiadas presencias.
se angostaron los senderos,
respiraba el lobo,
mentían los gestos,
era todo un remolino de llamadas telefónicas desatinadas
y atardeceres siin intuición,
dijeron que aquel lugar los haría fuertes.
el sobre estaba cerrado,
los bancos explotaban,
la guerra llegó a la ciudad de
las estatuas herméticas,
aquella mecánica de los amantes se había estropeado,
todos hacían maletas,
habían anunciado la glaciación
en la radio
y nosotros
mientras tanto,
quitábamos importancia al frío
comiendo palomitas,
reduciendo la distancia,
estudiando esta última plataforma de luz.

miércoles, 26 de octubre de 2011

nadie llevaba máscaras
pero el escenario asustó a los pájaros,
huyeron a otro tiempo.
la herida
fue una sonrisa atravesada por aquella tiniebla,
caían sonámbulas las ilusiones sobre el portal,
decían que había un surco hacia otra playa,
un baile más allá de la espuma,
un arco donde sentiríamos el temblor de la vida,
como si el tiempo fuera una bola de cristal
que nos detuviera en esta estación concreta,
cuando el invierno reparte besos al azar
creando crucigramas incompletos.
fue una violencia muda,
no hubo parámetro
para medir la fuerza de aquel prolongarse
en entreactos.
Convoco a quien deshizo la piedra
con su voz
pero es tarde
para los hombres de labios fruncidos
y mirada expectante.

La llanura es un panorama solemne
pero han enfocado mal,
el pentagrama debería permanecer encubierto,
la atomsféra no era ésta.

Dicen que ha sido por el punto de luz.
Las palabras hendidas
en una cámara rota.

Queríamos un territorio íntimo,
desgajado de ruido
y pasajeros que habitan relojes,
pero nos encontramos en un túnel de brasas encendidas,
es éste cristal que nos somete.
En esta urbanización
nadie persiste
en el mantenimiento del color.

El horizonte es un cuerpo escuálido
tiritando bajo su impermeable de hielo.

Cerramos las contraventanas.
Todo se apaga
sin que se conmueva el invierno.

lunes, 24 de octubre de 2011

you're not there, stupid.

Suenan los mismos acordes
pero se ha hecho tarde,
recorro el escenario
que quizás ocupaste
con una devoción velada
para comprobar displicente
que no estás.

No estás y eso es un hecho
tan real como la ecuación resuelta.
Siento que dios es un periodista escéptico
y retuerzo las hojas del periódico con amargura.
No estás.
Debería serme indiferente
pero no,
me desagrada.
Frunzo el ceño.
Se me empañan los labios
ante la terrible certeza de que nadie derramará una copa
ni se incendiará la barra
y todo porque no estás,
causa-efecto,
realidad sin porqué.
Bostezo.

No estás
y eso somete el universo a un orden rigurosamente aborrecible.
quizás la impresión fue un mordisco equivocado
pero no dejaba
de fatigarse al mirar todos los estantes vacíos
donde bailaban los recuerdos rotos,
eran juguetes malditos
en el umbral del sueño.


Los ecos traían noticias a occidente.
La mañana gris ocultaba al camaleón asustado.
Ella arrojaba piedras al río
apretando la boca,
harta de esperar
direcciones, aciertos u olvidos.
Esta ley seca de besos
hace bien a los hombres que piensan rápido
y sienten cada vez menos.
Han instalado microchips en los cuerpos deseables.

Suspiro. El tiempo asfixia.
Hay archivos de word por completar,
sistemas informáticos
y arañas de cristal.
Las nubes son el telón de fondo,
nadie tiene espacio para poemas,
todos cogen taxis
y se pierden en metros.

Hoy es lunes, pero podía ser martes, o miércoles,
daría igual.
El amor estático
del hombre pantalla
seguiría devorando mi piel
como un insecto.

Espectador.

Tus ojos de espuma
subrayan la elevación
de quien ha danzado con la muerte
sin raspar su silueta frágil.

Dijeron que encontrarías
a alguien que te guiara
por los callejones de la ciudad prohibida,
sus palabras crecerían en ti
hasta que los frutos maduraran,
entonces nada parecería tan estéril,
nadie encontraría gestos menguantes
ni palabras desechas.


Pero, después,
después volverías a tu soledad,
y las voces muertas
te absorberían como esponjas,
necesitarías pautas para volver a respirar,
un, dos, tres,
un, dos, tres,
bailar un vals con el presente,
luchando sin alzar la voz
para no despertar
la percepción de lo imperfecto.

Quizás Escribas
al lidiar con lo omitido
sobre tu cuerpo gélido,
aún desprovisto de luz
ante el frío.

Quizás aclararás el cielo con lo aprendido
hasta ser guía de un alguien futuro
para escalar inviernos,
para encender el mundo.


Así lo espero.
no deseo
sí aciertas
ella mira la tarde cayendo como granizo
sobre labios secos.

la trama fue el espejo cubierto de arena,
los pergaminos ilegibles sobre el suelo recién pintado,
no hubo explicaciones,
las explicaciones siguen un esquema concreto
y se destierra en ellas, la última raíz de poesía.

La poesía perfila el silencio
hasta que aprendemos a callar mejor.

Un día, dejaron de esperar los cuerpos inciertos,
y nos estrellamos contra esta ciudad del Adriático,
donde el romero matiza la presencia del hombre incendiado
y toda esta lluvia es un caligrama azul.
could you be my....

y las ventajas se quedaron sobre el tocador
antes de que fueras capaz de articular una respuesta.

Nadie busca guiones previsibles
ni deja migas de pan a propósito,
no la busques,
si quiere encontrarte
lo hará antes de que sobre los relojes crezca la hiedra.

No la busques, no la busques,
pues quien lo hace
jamás la encuentra.

domingo, 23 de octubre de 2011

y busqué señales
del incendio
en la plaza más gélida.

La película fue agradable,
como un presagio de sal en la piel.


Sentir la cercanía
en imágenes antiguas.

viernes, 21 de octubre de 2011

El amago fue suficiente,

Lo ambiguo había abarcado demasiadas páginas.
El castigo fue dulce,
la despedida templada
del hombre y de su rastro
impercetible pero omnipresente en ti.
Me voy a Illinois,
dejando el pasado como puerta entrecerrada,
con una maleta
y algún viejo CD.

Pero falta tiempo,
tiempo y soluciones
para silencios irresolubles:
El vértigo de esta ciudad nunca se acaba.

Según Unamuno...

No existe el YO sin el TÚ,
así que tú
¿Quién eres?
¿Por qué me atas sin yo saberlo?
Araño su realidad,
me deshinibo un poco
pero la cercanía atraviesa
mis palabras.

NO. Solo conversación vanal.
Trivialidades antes de huir.
Pretextos.
Disertaciones.
Diálogo por no callar.
¡Paja!¡Paja!¡Paja!
La historia se corrompe
silenciada.

No supe decir lo más simple,
siempre me cala la lluvia de lo difícil
y quizás sea pronto
para dejar de temer este reflejo
tan vivo
tan nuestro.
no claudicar
como norma de supervivencia,
cuando no luches
tu cuerpo
adoptará un color desvahído.
Este régimen,
tortura impuesta
por luces trasnochadas
y cercos insalvables.

Qué más da.
El patíbulo está cubierto de gardenias.
énfasis:

te veo muy bien,

muy bien
bien; bien pero no tanto, bien por decir algo, bien para brillar,
bien porque me apetece, bien porque mal suena peor, bien por sus fonemas


bien, bien, bien


porque sé que así quieres estar.
es el mediodía intenso,
eco cristalizado de mí
en una habitación incierta.
Han herido tu flanco
por eso hablas más fuerte,
imponiéndote sobre el ruido del claxon
y las llamadas ignoradas,

quieres ser fuerte:
tu voz debe iluminar el desgarrón.

extrañación.

Había buscado un pretexto
para inundar tu boca frágil.

Lo conseguí,
pero la piel nos era ya impermeable.
He vendido ficciones
al desear llegar a ti
cuando la marea baja.

Portavoz de la sombra
tiendéte a mi lado,
donde la inocencia es un arrullo de olvido.

discurso errático.

Y me llanto
en el espacio azul
de este invierno prematuro.
Huésped de voz dormida
sal de mí,
que se encienda el silencio.
Soñé con un asesinato
y no pude testificar,
las palabras se ensordecían en mis labios.


Quizás te quisiera.

jueves, 20 de octubre de 2011

Ego's circus.

Se exhibe para que no quede boca sin palabras para él,
ojos lejos de su alcance,
deseo en torno a su yo altivo y displicente.
Ayer, ese territorio vedado
al que deseo retornar,
la perfección fue fruto
de aquella primavera.

Él no volverá.
En otoño, las hojas también se corrompen.
el off en su conciencia...
aún no lo había encontrado,
por eso había siempre tantas voces colgando,
extendidas como ropa secándose al sol.
no fui justa,
no debí pretender que me salvaras,
también en eso
sé que solo puedo ser autodidácta.
El pelo negro es romper con tu distintivo.
Ahora perteneces a otra imagen.
Anoche no supieron quién eras.
Has enterrado tanto que reconocerte en fotos antiguas
ha dejado de divertirte.

Por eso cambias,
la radicalidad de tus decisiones
despista a la jauría que te rodea,
sonríes,
sobre las mismas calles
pero desconocida,
nueva, distinta.
nerviosa,
histérica,
fuera de tu medio,
no sabes tolerar la visión
de lo que no alcanzarás.
te da igual,
es intrascendente,
pero la noche no sabe concluir
y mientras tanto,
limpias y ordenas
incapaz de concentrarte en nada,
sumergida en un rostro pasivo,
saboreando la determinación de tu adiós.


Algunas renuncias fortalecen,
los árboles necesitan ser podados,
líbrate de las ramas muertas.
la afrenta fue su ausencia de pasión,
aquella monotonía intrínseca
adherida a una belleza casi tediosa.
No quiere saber nada,
el amor lo ha excluido de su lista de contactos.

El saludo,
su reserva,
pasos lineales
sobre la misma piedra.

Ante todo,
preservar la sonrisa
como círculo vital.
fue la atmósfera
de lo fortuito
y una taza de café atravesada
por raíces ocultas.

El silencio agresivo
me hace avanzar más rápido.

Valorar lo que el testigo ignoró es absurdo.

lunes, 17 de octubre de 2011

ella no quería coincidir,
le dolía aquel chocar
tan ajeno.
me preguntaste
si sabía cuántas cicatrices tiene una sombra,
yo mordí tu boca
para guardar silencio.
La desesperación fue fruta inmadura
en labios versátiles.

Ahora solo hay un jardín que conduce a ningun sitio
y todos los planetas ajenos
al desvestirse de la pantera.
incluso la voz
tiene, muchas veces,
vías muertas.
no me espines el tiempo
o rompo sintagmas
hasta doblegarte.
las cuentas del collar
caen como agua gélida en la cascada pirenaica,
alguien me recorda una canción antigua,
no somos nuestros,
somos de algo indefinido,
la aurora boreal lleva mis labios a otra cala,
no hay apuestas en el calendario.
Las horas se encienden
en la plaza de las palomas rechazadas.

El espacio son los terrones de azúcar integral
que te supieron siempre a tan poco.

Hay sárcofagos para quienes vendan la luz,
no queríamos oscurecer tantos otoños.

Miro el reloj.
Ha pasado una hora y media.
Te ondulas
al rasgarse el vértice del tiempo contra la pared.


La noche es la extensión de tus porqués irracionales,
su contorno, oasis turbio.

¿Por qué este coincidir constante de los peatones en la ceniza?
¿Por qué arena y ébano sobre la piel de menta?
¿Por qué no dijiste nada cuando diluvié los pasillos de la voz?
Los recuerdos son ahora enredones en mi pelo,
pero me baño en esta paz del acorde sostenido
y nada

Nada concierne a quien se sabe libre,
no estás,
el universo es una hélice
y no sé dónde dejé el límite de la palabra,
dónde se esconden los animales heridos
cuando nadie les cose el abrigo.

Un día, el sol y las castañas desaparecerán.
Dejará de ser octubre.
Y ya seremos otros.

No importa.
Estoy en la pausa de los rascacielos,
en el lunar remoto de una página perdida.

Me siento viva,
soy marea sin muros,
la inercia difícil,
aunque te resistas a creerme del todo.


Y hablaste de Estambul.
Cerré los ojos.
Aquel paraje prometía ecos distantes.
no te extingas,
no te exiendas
en ideales sin equilibrio, sé simple,
porque todo lo demás son paredes de ceniza,
porque el sol es un canto insípido
si no despiertas a tiempo,
solo encuñentrate en la jungla
y envía poemas desde tu propio centro.
Esta infracción fue leve,
solo dejaron sin pan al tercer canario.

La noche se fugó con otro,
pero este sol no sabe abandonarnos.

sábado, 15 de octubre de 2011

no sé si llorar,
reírme con la boca herida
o vestirme con la calle
para llevar conmigo los ecos
de los transeuntes noctámbulos,
conozco la frialdad del río
y el sol como una apuesta,
ellos hablan para indicar presencia,
sus palabras son los leves quejidos
que alivian la espera más necesaria.

viernes, 14 de octubre de 2011

Él no está.
Creo verlo
pero se ha ido.


Los jaguares vienen
a bailar sobre mi lengua.
No sé dónde cambiar el miedo
por el dolor,
los probadores están llenos.

Necesito reemprender la búsqueda.
Alguien me sugiere otra huida
en un " nosotros".
Me tiemblan los versos.
La conciencia aúlla débil.

Nadie me encontrará en los caminos de la serpiente,
cada noche cambian de lugar,
y ante todo me conducen a un paraje único,
es el lugar donde llegan los naúfragos del tiempo,
errantes con sus besos muertos.
Dijo que lucharía por un abrazo
desde lo imperceptible.

Nadie escuchó la sugerencia,
fue una calada de vida,
otra referencia a lo no sentido.
el poeta es un gran fingidor
decían,
pero con tanta tergiversación del sentido
perdió la apuesta,
llegó el olvido.
Se querían.

Lo vi, distante.

Cuchilladas sobre acero blindado.
No hubo paliativo
el café fue lo único casi dulce
( y no había en el ni fantasmas de azúcar).
Caían destartaladas en la negrura
aquellas paredes que escondían promesas

mientras tanto,
en la terraza,
ellos permanecían ajenos a la tragedia,
saboreando los lentos ritmos de la tarde más cálida,
conversaban sobre vanalidades
como horarios o rutinas,
sin frases oscuras.
te veré también en mi pesadilla,
será en un hotel,
donde todos llevemos otra identidad
y un rumbo diferente.

Pero estarás tú
y sabré reconocerte.
Hölderlin se hubiera tirado al volcán,
tú has torcido el gesto para no inmutarte.


Solo una ausencia de adiós
y pasos muy rápidos.
poesía
sin margen de piel o distancia,
es el engaño más bello,
idioma de cuerpo insomne
sin pretensión ni charcos negruzcos,
solo deseo
siempre deseo
bajo él: vida.

poesía-latido
latido-música
música-voz.

mal de altura.

Porque has escrito desde la rabia
se te erizan todos los versos.
La pasión
y un benéplacito ligero
preceden el golpe callado
desde los ojos del lobo.

La noche es un mapa incierto,
no hay claridad,
se sumergen sus gritos
en los títulos de crédito.
Marcar los rasgos con un cuchillo
cuando saborea un mediodía sin estación ni sueño,
aquí no hay otoño,
el verano es la inmovilidad del incendio,
un lento transcurrir de estatuas de sal y escenografía precisa
pero este preludio se rompe al tercer acorde
y nadie sabe cómo regresar a la cala de los inviernos tibios,
donde la piel esconde ese secreto liviano
que dejaron caer las bocas complacientes.
Todos los cuervos emigran a otra torre
cuando la luz destruye besos para escribir garabatos
y ella espera que aquel nombre
también le hubiera pertenecido,
no lo quería cerca,
lo quería suyo,
suyo es un verbo posesivo,
posesivo se describe con círculos violentos,
suyo signifa peligro,
como los colores que queman antes de grabarse,
pero desea,
desea,
intuye,
resucita en su búsqueda
solo porque no pudo ser.

jueves, 13 de octubre de 2011

la noche llega
y tengo un desván de palabras donde mecerme.


estoy a salvo.
has venido con la bruma
para acabar con los cuerpos insomnes.
La plenitud empieza desde aquí,
como un secreto
en la llanura sin ecos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

solo busco un cauce
para ser conducida a otro lugar,
a una nueva presencia,
just somebody new,
I just need somebody new
y así evitar la fosilización
sobre el dolor antiguo.
la tarde es bella y cálida
pero respira con dificultad,
se extenua antes de la tercera palabra.

Recuerdo los muros de mi casa,
la protección y su rechazo,
tan cárcel a veces,
tan añorada otras.
Este sol de octubre
me destierra a la eternidad de no tenerte,
por eso esta aquí,
para ampliar esta carencia casi bella.

bitter nature.

El depredador ataca sin malicia,
necesita carne para subsistir.

Ajeno al dolor psíquico,
desconoce esta jaula de conciencia
por eso es libre
para atravesar parajes que mañana no recuerda,
forma tan solo una pura ley natural,
fuente de vida inocente,
arañazo consentifdo en la jungla:
nunca será vengativo.
No procures salvarte de sus ojos.
Nunca sabes qué decir,
te asustas en el incendio de la presencia,
duelen tanto los gestos que los destierras.

Las palabras,
tus armas casi letales,
se vuelven negras plumas sobre el suelo,
ya no son tuyas, ya no son tuyas...

Entretejes noches diseñando métodos
para retenerle un minuto más,
para luchar contra el olvido de ti misma
y la imposibilidad es una patera inestable.
La luna es frágil en su hirirente espera.
Nadie llega al cabo de la voz inerte.
Todos los morfemas se atascan.
El dique no aguantará demasiadas galernas.
Somos silencios sobre el diván de mimbre.
Y esta tarde cálida
precede al diluvio del gigante de humo.
Las promesas online no se cumplen.
Toda foto captura mal esta sonrisa inexperta.
La gente mira absorta, pero no siente su temblor.
Los minutos enroscados sobre esta mesa,
y aquí está,
vestida de oscuro,
el color negro siempre grita ausencia.
Contempla las murallas mientras el lecho permanece frío.
Devora caminos al amanecer y así vivir más lento.
Los parques al mediodía con presencias dulces por su fugacidad
provocan una media sonrisa.
Los transeúntes esquivan cercanía.
Ojalá se detuvieran más a coger castañas y vivir momentos.

lunes, 10 de octubre de 2011

amar hasta perder tu centro.

eres una bolsa de plástico del Dia,
( anímicamente, claro),
te reconoces sospechosa de ti,
enfadada con tu orgullo,
esperando esperas absurdas,
sonríendo ante objetivos
hasta la incandescencia,

¿qué sentido tiene este vagar entre puntos muertos?
es este fluir del tiempo
que bien sé
que bien me adviertes
nunca ha sido totalmente mío.
Lo mudable es un torbellino
desde ti hasta la Pampa.

Te gusta dejar el café a medias,
sintiendo el temblor ajeno de los días
contra la inscripción de tu espalda.

No pides imposibles
ni hay espejismos ya en los posos
que has dejado de mirar.
El fin de la búsqueda como principio del camino.
Aquí estás.
Nublada
pero joven.
Rota
pero más viva
que la primera luz matinal
en este escenario tan salvaje,
en este canto tan eterno
donde sonríes sobre la tierra desolada,
vertiendóte en poesía ajena,
doblando papeles viejos,
ahora sabes
que el principio
del tiempo
se escribió un lunes como éste.

Tu boca es un remolino de sal.
Estás contenta.
O eso creo.
ella era un símbolo
de la vida expansiva,
la belleza de ese café solo a media tarde,
la fugacidad de aquel beso en technicolor,
y tantas cosas,
y tantos lunes
como escamas,
y tantas escamas contra el frío.

El frío quema y no tiene apellidos.

domingo, 9 de octubre de 2011

la persistencia agresiva
del diluvio más seco
ha calado mi voz.

¿Qué haré con este continuo desencuentro?
se escuchaba I love rock'n' roll,
llegué buscándote
y te atreviste a no estar.

La certeza de esta imposibilidad
no deja de arañar mis tardes.
las historias como las plumas cubren,
pero no protegen,
solo ocupan espacio
y ya no quedan estates,
ni cajas,
ni mesas.
el objetivo de la cámara asusta
al hipersensible escurridizo.

fotos sí,
pero más bien pocas.
Es tan absurdo
que aturdes mis colores,

me conservas
manteniéndote al margen,


mi conciencia sobre este hecho
no alivia,
abrasa,
no funde,
quema.
no importa el número de correcciones,
es inútil,
el poema no dejará de ser más que la cáscara de lo sentido.
La gente se sentaba
comprendiendo que la tarde era un animal muy lento.

Aquella plaza era un valle entre edificios soberbios,
a veces pensaba que me miraban mal,
pero decidí quedarme.

Respiré. Escribí. Dejé que las horas me enredaran un poco.
Había recuerdos, pero nada que dañara.
ella recuerda su presencia leve sobre el metro moscovita,
leía tres horas diarias,
nadie hablaba,
el tiempo transcurría lento
pero constante,
era solo un paso entre sumergidas corazas,
el camino como otro trazo más sobre la rutina.
La llanura
no conoce miradores.

El caballo se detiene agotado,
antes no había sueño,
su senda era clara,
no corría sobre charcos ni dunas,
desconocía la profundidad del desierto,
el desierto es una ciudad sin palabra.

Aquí no llueve
por eso las nubes tiemblan,
el caballo relincha,
acaba de ser alcanzado por una cortante nostalgia,
recuerda sentir esa suavidad de la hierba húmeda,
el rasgo de aquella tierra fértil,
la caricia de una vida distante pero tierna.
¿Qué hacer ahora que ya no soy más joven
si todavía no te he conocido?

Piedad Bonnett.



Desconozco la duración del ensueño,
solo sé que se vive de forma intensa y entrecortada,
me han descrito ciudades con acacias y fuertes muros,
tránsitos en el cuerpo de naturaleza esquiva,
y sobre todo, esa plenitud tan deslumbrante,
ese cuenco rebosante de sensaciones
de la que hablan los antiguos
¿dónde está?
¿en quién se esconde?
mi boca quiere una sugerencia,
el atisbo de un nombre,
alguna huella sobre esta piedra insondable,
un cerco en el camino de los que vagan sin estrella.
Buscan el absoluto
y nada sabe saciar estas prolongadas carencias.


Son los ecos,
el estudiante que mira absorto
a través del ventanal,
la catedral es un gigante dormido
donde los pájaros crean su metrópolis
y hay arcos que juegan con la luz,
pero ella nunca despierta.

Desoye el rumor de la clase,
omitiendo la cascada de palabras muertas,
fuera de la persistencia del golpe,
junto a la mujer que cavila en la plaza,
frente a la capilla de San Sebastián.

Todos los miércoles huele a incienso,
pero esta tarde es un cuerpo reticente
y el chico no es observador,
solo pasa embriagado de imágenes
y presencias claroscuras.


La mujer,
desvalida ante el rechazo de la tierra,
su figura podría ser una escultura antigua,
nadie la dibuja,
por eso su mirada se hunde entre las piedras,
no sabe dónde cerrar los ojos
ni cuándo sentirse viva,
se vierte en llamadas telefónicas,
necesita un receptor,
tiene demasiados mensajes
que en estos surcos flotan.

La mansedumbre de la tarde
esconde reflejos de hielo,
el joven percibe la respiración difícil
de la mujer hermética,
su mármol turbio
representa este falso escalón
anterior a la seda.


Quizás sea la hora. Concluye la lección.
Sale. Baja las escaleras.

No está.

about poetry.

es esta desnudez de detalle,
se insinúa la canción
con sus primeras notas.
Esta mañana
como descripción de una eternidad contenida
en el recuerdo.

Las manos no piden,
cuentan,
sus distancias se trazan con silencios
y tantas barreras invisibles
que los acordes te doblan
bajo el peso de la voz,
has roto tantos nudos
y es domingo,
los domingos hablan del fluir del tiempo,
el tiempo es síntoma de la conciencia,
conciencia para espaldas grises
frente al cielo azul.

Los reencuentros
saben advertirte
de que el punto de partida nunca ha estado demasiado lejos
permanece en ti,
en tus poemas,
búscandote en la pausa más frágil,
en el ala izquierda de un labio,
en la paz después del cuchillo,
en el manto de hojas muertas
sobre el que te tiendes
sabiéndote sola,
entera,
expectante,
despierta.

viernes, 7 de octubre de 2011

La imposibilidad
es otra negación a las cuerdas
que los ataron hace ya muchos otoños,
cuando sus voces menguaban con la noche
y lo desconocido parecía un terreno abarcable.

Aferrarse a la dificultad,
encaramarse sobre ella
sin pensar demasiado.


En esta ciudad no se advierte la tormenta,
está dentro de sus piedras,
bien saben que cuando la calle se vacía
el peatón tiembla.
miro a través del ventanal,
dentro mesas vacías
en un túnel de silencio,
los olmos susurran fuera,
el otoño es una bestia tranquila,
este tiempo que avanza,
mis manos de hierba seca.
eran deseos velados
y la vida fluyendo sin cauce.

nadie desenterró el secreto de la inercia.

jueves, 6 de octubre de 2011

has ordenado todos los estantes,
nada se pierde,
eres tan fuerte
como esta caja de metal.
El tocadiscos,
las velas,
una historia de nostalgia compartida
y lunes de sal.
El rencor
no te pertenecía,
ya no era tu piel
ni sentías su presencia al cerrar los ojos.


Eras libre,
por eso,
quisiste compartir tu libertad
con hilos invisibles,
con voces que ya no estaban.
la debilidad ajena,
llamadas telefónicas
en mapas ya inválidos.


No añorar.

Haber olvidado bien y pronto.

Tiempo curativo y lágrimas secándose al sol.
tus golpes serán desoídos,
la puerta permanecerá cerrada,
por eso,
aún te rompes los huesos
hasta poder entrar.
Es octubre
pero podría ser julio,
el invierno es un efecto
del que te quejas
pero expandes en mí.
no encontrar alivio
ante la zarpa del animal callado.


¿Por qué tu visión como promesa caduca?
¿Por qué esa persistencia de mi lluvia sobre la mesa?
¿Por qué no los cuerpos más cerca?


La rutina,
un golpe,
otro poema
y los párpados se cubren de días,
los días me acercan a la piedra,
la piedra está contigo,
pero se aleja en ti.
amé
para ser correspondida,
pero todos los fuegos venían de lejos.

martes, 4 de octubre de 2011

almendras y cítricos,
algo saludable
mata
los cuerpos de la voz.
es extraño,
soy consciente,
eres mi fortaleza
y mi tara.

los hombres ciegos escucharon la tormenta de nieve,
las escaleras de caracol condujeron al sherpa a pasajes interiores.
quería que vinieras
pero me quede en la antesala del gesto

pausa. otoño.
castañas y el horizonte como hoja amarillenta.
cruje.
lo piso.
aún escenario cálido
de calendarios, bolígrafos,fechas.


Te vi.
Dije nada.

El miedo había crecido
bajo los fragmentos del amor más antiguo.
Calculaste mal la latitud de mis manos atadas
pero aquellas caricias
anularon los cortes.
Luego, la despedida se disolvió con agua y pintura.

El artesano,
su garganta de madera
y mente de algodón blanco.
Nos esbozan.
El friso, lo miramos, quema.

Necesitamos un silencio prolongado
y todo vuelve a su cauce.
Nadie conoce más que una imagen,
el saludo es frío y seguro,
como una ecuación
al buscar certeza.

Donde no quepa la palabra,
pongamos una cortina de lino azul.

domingo, 2 de octubre de 2011

el letargo
y no puedo llamar,
no puedo avanzar,
estoy aquí,
no puedo hacer nada
y es tan tarde, tan tarde....
se rompieron los caminos,
hubo que construir una carretera,
el asfalto es árido
pero funciona.
nunca me han gustado las muchedumbres,
me gusta el paisaje íntimo,
la habitación oscura,
el desván de los secretos incendiados.
angustia,
incapacidad,
soy el escarabajo de kafka,
luces de motel en el desierto inhóspito,
en mí
crujen
estas horas vacías de voz.
¿escampará?

no lo sé,
pero las tormentas
se vuelven rutina,
crean brechas
que no se extinguen,
muerden el alivio anhelado,
cercenan un tiempo sin esquema.
Las horas pasan,
la tarde es la extensión del mar muerto
dentro de ti,
piel carcomida
y abismo de ansiedad,
el hogar queda lejos,
las horas avanzan,
no has hecho los deberes,
no puedes hacerlos,
la imposibilidad te anula
y no puedes torcer un sueño que no te pertenece,
es tarde y nada se mueve.

Tiemblas, tiemblas,
tu esencia,
la imposibilidad,
tu presente,
esta dependencia temporal
pero tan cortante.

Duele. Rompe. Quema.
Los vasos rotos no se arreglan los domingos.
Ikea también cierra.

Solo cabe esperar, esperar, esperar....
solo
necesitar
pertenecer a una estancia,
a una certeza,
a un lugar.

Respirar profundo
sin encontrar respuestas.

Bucear el día más incierto,
derramar lágrimas en pasillos,
guarecerse en palabras lejanas,
perseverar ante el golpe mortal.

Ya está.
El principio del renacimiento.

Una habitación propia
para ser libre
y detener este viaje a la deriva:

Descansarás más sola,
tú contigo y basta,
tan viva, tan cerca.
No lo esperaba.
Los acontecimientos chocaban
rompiendo cristales,
deslizándose entre páginas y horas muertas,
nada
se detenía
en la ciudad de piedra lenta.

this should be so silent

no contar
lo vivido
como tardía virtud de la experiencia.
siempre hay quien te reconstruya,
aún si te cortan la boca,
los deseos,
la libertad
o los meses cerrados.
quiero una inercia contemplativa
pero no la encuentro
y mis paredes
estallan una y otra vez.
el péndulo,
suerte,
la tierra,
han cerrado las ventanas,
todo sucede dentro,
susurran las nubes
pero solo acusa esta ausencia.
arrojada al glaciar más frío
llegan los lobos
y no encuentras tu ropa.
el miedo al retorno,
los minutos se ralentizan,
no podrás pasar,
debes irte,
caes al suelo,
has perdido tu estrella.

risa cruel.

Consciente del arañazo
ella ejerce su dominio,
no duda un instante,
rompe la realidad con voz en off.


La calle de la incertidumbre
penitencia justa
para quien no la quiera.


Se nutre de lágrimas
porque no come,
siente el temblor ajeno
al apagar su cuarto cigarrillo,
limpia el cristal con una sonrisa
bebiendo ese miedo tan palpable
( y sin calorías)


Poco a poco
se libra de pequeñas presencias,
conoce el juego
de defender su fortaleza antigua.


No tiene remordimientos.
Hace lo que desea
porque puede,
se autoafirma solidaria,
jamás sometida al margen temporal;
desconoce el límite.

Su estructura calculada
es un éxito callado,
la contrareloj asfixia,
ningún cabo por atar.



Es una buena cristiana.
Esta noche dormirá muy bien,
nada la despertará al amanecer,
sus padres la creerán protegida.