sábado, 31 de diciembre de 2011

Pronunciar " FELIZ"
sin perderse en los acentos,
ejercicio ante la inmensidad
de las horas sin manos.
Faltan ocho minutos
el tiempo muerde y calla
hasta herir,
como la dentadura de un niño
al comer turrón duro.


Las ventanas dan a un patio silencioso.
Lejos hablan de campanas.
El abrazo es una promesa tendida desde el tiempo ajeno.
El año se extingue
pero la luz está viva.

Han cortado las cuerdas
y todo está dispuesto.


Una ejecución de posibilidades
y pájaros sin destino.

viernes, 30 de diciembre de 2011

La mañana con su gris
despertar de invierno tibio,
hay titanio
y mapas hacia reencuentros postergados.

Nadie sabe a dónde llegarán las voces antiguas,
dónde hilarán los esquemas del mañana
las manos que temblaron antes del fulgor.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Él no merece que le nieguen el pasado,
merece que le impidan un futuro,
que le aturdan el presente.


Y ella se va, se fue, se irá...

con otra voz, con otra presencia.
Después de tanto óxido,
cuerpos arrasados por la brutalidad del mar constante,
de los veranos herméticos
y el metal en clave.

Tras un despido
como letanía
y sal, mucha sal
sobre años errabundos,
cuando la vida era una migración dolorosa,
una fuerza sin latido

Después del temblor de la nieve,
como dulce tóxico pero inútil
vuelve la voz que tanto faltó
a una cala en la que ésta ya no espera,
a un lugar ánonimo
con un solo cartel:

Aforo completo:
NO SE ESPERAN VISITAS.

lunes, 26 de diciembre de 2011

el cuerpo:
un estanque que desborda miedo,
se comprimen los silencios,
sabes que donde voy no llegas,
que donde quieres no estoy.
La guerra,
el trigo helado,
la tierra yerma,
distancias en mapas de azufre,
el tiempo condensado,
las imágenes demasiado nítidas,
diciembre no tiene ritmo de poema.

sábado, 24 de diciembre de 2011

soliloquio

establecer ideas
incongruentes porque saltan los días
como esquemas que no entienden
los lectores con prisa
o con pocas ganas de llegar al núcleo,
no sé,
tal vez
el núcleo sea solo un hueco
entre diciembre y el vacío,
en la esencia de lo que prevalece,
lo que prevalece
se nos graba en el gesto
por eso, hoy no, hoy no vamos a ser poema.
saturación de mensajes
y frivolidad perpetua.

La lumbre abrasada de frío:
se calcina diciembre,
lo miramos arder,
sin dolor,
sin alegría,
sin más.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Son mitos,
sin trailers
ni secuelas.


Kurtz tiene el mirar nevado,
Erasmo busca ser mencionado en el año 2300,
Ulises vive con hambre oculto,

la mujer enigma resbala,
había un escalón que no advirtió.
incorpórea
bruma de adioses
cuando el sol decide dormir
y todos los pasos de cebra
parecen animales mansos.
limpiar para dejar reluciente
el escenario de la destrucción:
la flor después de marchita
se pudre.


y dirían que es tan joven....
nadie percibe la extensión de su miedo,
la inquietud de su vivir equivocado.
labios intrépidos,
volcán en sombra,
apogeo de la lluvia fantasma.
si no fuera algo tan lejano
quizás tensara más las cuerdas.
monoraíl,
monoplaza,
monopatín,
mono-ante la carencia-
mono-mamífero-
mono-logo-
logo-palabra-
palabra- viva.
Eres tú
bajo la estela equivocada.

Medusa es muda
y confunde las horas
hasta perderse en andenes vacíos.

Virginia Woolf
ladea la cabeza
en un patio de caléndulas.

Nadie ha visto el lago cálido
sin la cascada cortante.

Diciembre es un mes
de piel convulsa
y sonrisa escuálida.

Volver al origen de la distancia,
errantes ante la mención de lo vivido.
no(s) quisimos,
la apariencia pudo más
ante la fragilidad de un verso.
La herida,
tus dudas,
su descendencia

y otros factores, a primera vista,
intrascendentes.
Los violines gimen
mientras tu habitación se cubre de óxido.

Han hablado de una película,
la has alabado
sin poner atención,
como un reflejo
ante el impulso sin gravedad,
las ramas te aprisionan,
tiene que estallar con esa avalancha de luz
que en el largo sueño habías postergado.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Amó
hasta curar las nubes de ceniza
después de aprender sobre distancias y ecuaciones.

Miedo de la mujer- burbuja


La ciudad zumba como abeja insomne,
Ritmo sintético,
Pequeña explosión
Que estremece las Ramas sobre el suelo de piedra,
No queda escarcha en Diciembre.

Ella lo sabe
Pero permanece ajena
En su trinchera de luces cálidas,
Hablando en voz alta,
Sumida en la cadencia
Del eco íntimo,
Elevando imágenes
al borde del silencio.

Él será una voz más en el zumbido lejano
Mientras ella bosteza
Sin querer averiguar
La intensidad del olvido.

Su rostro
Como un fantasma de nieve,
Frío charco mojando
lazos flexibles.

No lo debe saber.
Mordisco áspero.
Entorna los ojos.
La vida se respira mejor despacio.
Un letrero advierte “ No pensar”
Tañido de campanas,
El tiempo lento
Arrastra incertidumbre.
La ciudad es una hiena
Que se prepara para devorar
Noches frías,
Cercanías escuálidas.

Se desgaja la luna,
Callada queda su protección.

Ella, piel- isla,
Cadáver-amapola,
Labio- cuchillo,
Trazo-borrón,
Órbita de eje independiente,
Línea sin cruce,
Ser extraño y matinal.

Se pone a recordar,
Y Susurra,
Y Replica:
Lo efímero es menos temible
Que el pudor de la sangre
Ante la evidencia sepultada:

Al desatar abrazos en la lluvia,
Las galaxias se han divorciado de la luz.

martes, 13 de diciembre de 2011

Dónde vas, pobre de ti, enamorado de esta sonrisa lunática,
de este aullido de cara o cruz,
de esta luz con reverso en sombra.
todos temblamos
al presagiar anzuelos
para bocas tiernas.
colateral,
pretensión de libertad
ante los límites.
por favor
no esperes al tiempo árido,
no levantes pirámides en la playa,
hay cuervos sobre las escamas del sueño.
martes trece
no castigues
a quien con miedo
te coge las manos.
los insectos pululan sobre la hierba,
somos tránsitos al origen del amor,
incendios en la cuerda del invierno.
La gente siente miedo
Al verme tan entera y sola,
Gente es una entidad sin calor,
Identidad o constancia.
Concepto ajeno.
Territorio baldío.
Paraíso infértil.
La humanidad es la costumbre
Del nido constante,
Del caparazón estratégico,
Del disfraz para pertenecer a alguien
Y así delegar
las contraindicaciones de su voz propia.
No sabes solfear
Por considerarlo femenino.
Pienso en la brutalidad militar de Wagner,
En la mala leche de Bethooven
Ceñofruncido,
Me da la risa.
Me hablas de pecado
Cuando soy caracola en tu boca,
Me acercas un poco al mar,
Los arrecifes
Se llenan de mi voz
Para ti.

Me hablas de lo incorpóreo
cuando se me crea
Una sonrisa en el gesto,
Estudiamos la abstracción
Sin sentirla nuestra.

constatación.

El panteón es una nube
Y todos los dioses se evaporan bajo la lluvia.
Somos aves y espigas,
El humo atemporal de los vacíos,
Vivimos un submundo de paneles de cristal
Y carátulas resistentes.
Poemas sostenidos sobre el temblor,
Llevamos,
Bajo los párpados
El enigma de los peces sin abismo,
De las tortugas sin agua,
De las sirenas sin infancia,
En una infancia donde nadie
Se detiene ya para contarnos cuentos. .

domingo, 11 de diciembre de 2011

dávida.
tardes sucias,
manos sin circulación,
pájaros de escarcha,
humo azul
en el mirar.
la piel fría,
voz en off,
un aullido desde dentro,
hecatombe silenciosa,
secuestro de la luz.

Tiéndete sobre el colchón,
cierra los ojos,
quizás necesitemos el sonido de la lluvia.

across the universe.

duerme,
velaré por ti,
de cerca y de lejos.
City lights
al suelo.

La noche había embrujado
su piel.

Había ataduras
hasta la asfixia.

Se quebró.

El invierno era un paisaje inhóspito,
una extensión de vacío.

La nada aparece poco
pero hiere los cuerpos jóvenes,
desvanece el calor,
rasga sus vidas.
la vida se me encoge
ante los días oscuros,
arrullaré el miedo
hasta sentirlo respirar plácido.

sábado, 10 de diciembre de 2011



Después de la noche de los cristales rotos,

no hubo gafapastas

ni chaqueta metálica.


Se esbozó la era del pan difícil,

de la aurora incierta,
de la medianoche insomne,

de las palabras pendientes.
cásida
del cuerpo
y su sed
de estanque invertido,
escondemos un grito al silencio
cuando la circulación
se ralentiza
y respìramos en punto muerto.


Nata, almendras, la lumbre meguante,

una arista demasiado estrecha,

lo escarpado del deseo

y cinco palmos para alcanzar la felicidad.


Un trecho aún hasta la vía del calor.


Pero allí estaba,

escuchando hablar a Jules y Jim,

entera,

como si las luces no hubieran cambiado.






La ciudad ardía en llamas invisibles,

el frío era una lata vacía,

aquella noche

era repercusión de muchos silencios.



La rutina de piedra

y el olor a viejo

desnudaban el arco de su espalda.



Necesitaba un túnel

a otro puerto,

una pista

hacia otra cumbre.




Fue liviano

pero amenazador.


Un jaque en color pastel.


En el predorso llevaba lazos,

caramelos y estrellas,

era el empalagoso recuerdo de la deuda.



LLegaron para irse.

La oficina era una turbulenta

expansión de lo vedado.



Anatomía de la niebla,

surcos en la arena líquida,

jóvenes sin incentivo

y palabras adelgazadas.



Nosotros ajenos,

en la suspensión del instante,

mecidos por las horas del sueño.








Los márgenes,
La calidez de una llamada
Con palabras dulces.
Sosiego para una rama torcida.
Iba a esperar sentada,
Las horas caerían lentas
Como palabras de viejo cansado.

Todo dependía de la percepción
De aquel hombre de mirada clara.

Aquel miedo
Ante lo impredecible
Había paralizado su boca.
Tenía hambre,
Los seres humanos cenaban frente a la televisión.

Dolor de la mujer-muralla.

C’est très misterieuse…
Elle ne sait pas quoi
Mais quelque chose est changé…

No quiso
No quiso volverse,
Su soledad había llegado
Torciendo los bemoles de la noche,
Diciembre era
Una habitación temblando contra el vacío
llena de palabras muertas
y ecos de lunas inexistentes,
quimeras sobre la línea
de su vida,
la vida siempre como límite,
trazo inesperado,
danza voluble de pasajeros en la distancia.

No quiso
No quiso asediar
aquella única presencia de luz,
aquel parpadeo al abrigo de una canción,
A veces presente,
Otras no,

No quiso
No quiso volverse,
El frío había calado su estructura,
Dolía.

viernes, 9 de diciembre de 2011

La2.

aparte de un canal de televisión
famoso por sus documentales,
es también lo que crea
la distancia del mar,
de un cristal
o un muro.

Del latín, latus, lateris. ( neutro)
En la parada
había esfinges
y vidirieras calladas.

Una sugerencia
asustó a los pasajeros
cuando llegaron a  Diciembre.

Antonioni dixit.




Ella
Él:
 tensión,
sus círculos inevitables,
esa sutileza bien tejida,
las murallas de lo frágil.

la soga.

sonríe,
acepta,
incluye:
pero sin creerte nada.
El amor nace
cuando sus caprichos menguan.


Deshilar el origen del miedo,
tropezar con el muro
antes del paisaje,
Tiempo inflexible,
lo anhelado
una larga espera.
Perdimos la morfología,
la semántica
y el sueño
hasta perdernos en un papel,
hasta asemejarnos
al lienzo que provoca una herida.


Descubrimos callejones al borde del páramo,
bebimos galaxias
hasta calmar la turbulencia de la boca
que siempre tiene hambre,
de los ojos que siempre
necesitan ver,
del invierno que no sabe quedarse solo.
El transcurso de los años
había sido pausado
como un trabajo doloroso,
la explosión  más lenta
en una sala insonorizada
de colores extraños
y geografía ausente.

Ahora la ciudad no era tan grande,
sus calles son viejas conocidas
y no busca destierros en otras voces,
respuestas en otras sombras,
solo se deja arrastrar por el invierno,
sin destapar los huecos de la memoria
ni proclamar lo vivido al silencio.
Los ángeles disfrazan su piel
con hierba seca,
la noche envejece huellas inmaduras
y la suspensión del deseo
arde en un frasco de cristal.

Los jaguares predicen
el retumbar de este sueño
pero la mujer impulsiva no quiere entender.
Será después,
una noche sin adjetivos
cuando llegarám los años
y su cuerpo no danzará más.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Buscar el amparo en factores externos
fue un craso error,
"somos nuestros propios héroes,
la culpa y redención"
dijo la mujer
de pies pequeños
y voz serena.
Los cuchillos de chocolate no pesan,
su peligro es la trenza
que une los días,
los cascos de caballos quedan lejos,
el río es un reflejo de un mar roto,
se desarman los bunkeres de plomo,

quizás su pasión
sea también coherente.
Una mujer baila inconsciente
con el bosque cerrado,
derrama su inquietud sobre las ramas,
se cierne sobre ella un presagio de olvido
y titubea un instante,
no lo sabe
pero ha encendido hogueras en el lobo gris.

La mañana
sugiere seda confusa
y abismos en la voz del silencio,
todos los robles susurran estremecidos
al compás de su sentir enmarañado,
esta tierra la siente palpitar con los cercos de la luz.
nadie desencriptará
el corazón de la niebla,
los temores envueltos en pan
no suenan tan fríos,
esconderse bajo la palabra
es  sortilegio de brujas modernas.
Es la trémula sonrisa
de quien se siente joven
bajo el cuerpo del invierno.

Los veranos de metal
se han derretido.
El hielo cura los cristales rotos,
nos embriagamos de viento
y desnudamos los matices del presente encendido.

La casa nunca estuvo vacía,
había ecos de lluvia en su interior.

lunes, 5 de diciembre de 2011

La mañana
el expreso,
las palabras tan impresas
empujándose
al borde de la taza.

Como pájaro sin tierra,
la mujer vive con maletas
y ganas de otro mar.

El cine los une.
Ella deja de ser un todo.
Él llega para velar por los párpados que tiemblan.
Vínculos como onda magnética.
Inscripciones en la piel más tersa:
Ya no se va, ya no se va...

No se debe vivir siendo amantes esquivos,
arquitectos de belleza pálida,
escuálidas ramas de luz calculada
huyendo contra dunas de labios,
contra la paz de un abrazo
donde la piel se renueva
en los títulos de crédito
o en cualquier escena,
sin selección,
solo al azar.


Y ya no se va, ya no se va-....
Incendiar la lengua de hielo,
devorar las horas para llegar al bosque,
el invierno se entumece
a través de las horas que no aprenden a dormir.
                                                                                    No descansa.
No solloza.
Espera el mañana
con su miedo atrapado
entre los dientes,
recién estrenado,
aún con envoltorio:


lleva un fantasma habitando
sus caderas de bruma y sal.
Liban aquellas flores de loto azul.
 Las casualidades dejan charcos extraños.
 El insomnio reblandece las orillas de la voz.
 ¿Dónde se sentaron los que no temían volver al origen?
Ser testigos de su ser sin ser
                                      por el tiempo del granizo
                                           por los lugares individuales
                                                 por el espacio entre las bocas desatadas.
Todos los nidos callan. El ladrón de manzanas vela por la piel inmadura.
La nube
se llevaba la actitud negativa de los niños de barro,
la mujer estatua siempre tenía sed del mismo hombre,
la ventana al cielo parecía averiada.
.
Aquel hombre inseguro escuchó siempre palabras pequeñas
 pero cambió el foco hasta que se parecieran algo más al amor
 ( o como se llame esa molesta adicción por islas ajenas) .

Los ecos del invierno salvaje no sabían amansarse,
aquellos hilos no le permitieron un solo roce,
 un movimiento, la tensión era marea viva,
solo quedó dejarse llevar,
mecerse en sus olas,
prenderse en su fuego tembloroso,
perderse en su viento de flores lentas.
No hay rótulos
ni dalias.

Los jueces observan que el condenado está en forma,
no hay posibilidad de pátina en su mirar hambriento.

domingo, 4 de diciembre de 2011

los rombos lidian
por un fragmento de la noche asustada.


Nadie llegará cuando los pómulos
recuerden a aquellos pálidos nenúfares,
la presión de los días sin sol
llega a la garganta insaciable.

No hay besos en los hormigueros
donde todo funciona las 24 horas.
ibuprofeno.
persecución.
nuestros cuerpos
son recipientes
de un tornado.

Por eso, cuando duermen
se puede escuchar su leve temblor.
el miedo,
cicatriz perpetua
en la voz de quien no adivina certeza bajo la lluvia.
el marcapasos,
los frigoríficos,
una brújula en la boca del mar,
la eternidad como piel moldeable,
ahora que luna es mentira
el paisaje se te enlata
y nadie encuentra ni raíces ni calas.
Mordaz
y tibia,
pálida
como un domingo invernal,
desprende inercia
mientras se formalizan
las iniciales del día.

Distancias
en vías independientes.
La metrópolis les trajo una vez café, miedo y unión.
Pero los kilómetros no cesan
de pasar.
Y la gente toma decisiones.
Cambia su abrigo.
Muda la intención.
Se estudia el gesto.


La mañana,
sus huellas sobre piel hermética,
timbre de melodía desvanecida.


Él es una voz lejana.
Los instantes de la ciudad fragmentos de un sueño encendido.
Sus labios se curten en la espera.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El tren marca el pulso
de las palabras esbozadas en el cristal.

Vernos marchar,
sentirnos sobre el andén de la memoria
que salpica besos
para que perduren a través del tiempo
de la distancia,
de los teléfonos rotos
y los lunes neuróticos,
Cuando todo despierta en desorden
y no sabemos encontrar el interruptor de la luz.

Hemos vivido un viaje tan vivos
siendo naufragos de ciudades insomnes
y abrazos como semáforo en rojo.

Vida,
somos,
sentimos,
observamos,
enriquecemos,
caemos en equívocos
y volamos como nebulosas,
dejamos de calcular,
el cielo es un techo de cuero,
maduramos:

Estamos creando un escenario,
el refugio ante la inhospitalidad de los ojos más fríos,
y la lejanía se clava
pero esta consciencia esculpe,
Es algo hermoso y frágil,
como una caja de cerámica.