domingo, 28 de noviembre de 2010

tal vez fuera aquella chica de ojos castaños
que te dejó interrumpido
el tercer día del hueco en tu voz

o solo el sueño de agua
que quiso ser más alla de la piel

o el fantasma que te encontraba
en las calles abruptas del deseo

o quizás ese deseo caduco
en el impulso del tigre.


Y la libertad nos agobiaba
por ser una palabra demasiado grande
y me quedé en el umbral de la puerta,
casi en ti sin conocerte.
Y el tiempo se cayó
como caen las gotas de agua
para que el grifo
de la vida siga su curso.

ahora
aquí
hoy
coso ausencias
en el costado del sol.

soy piel de sauce
que quema estrellas
piel adormecida en el cristal
de tu cuerpo
piel de sombra versátil

piel que permite
que las baldosas lloren tierra mojada
que las naranjas
necesiten tu boca en invierno
que los años
se posen en ti como pájaros de humo,
pájaros
que como este poema
jamás podrán ser atrapados.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribe usted cosas interesantes, pero, ¿como puede escribir tanto en un día?

ane dijo...

la literatura es una forma de suplir otras carencias.