sábado, 22 de septiembre de 2012

Hubo un día en el que viví,
cuando no me alimentaba de simulacros
y esta piel temblaba parpadeando al ritmo de la luz.

¡Qué distante y nítido!

El origen quema hidratando la memoria,
cierro los ojos,
deseo,
formo palabras que se enlazan a esta difuminada red de tiempo,
bailo sobre imágenes conocidas en un salón ajeno,
 fluyo a través de un constante cúmulo de pantallas,
mientras este latir acompasado previene de la lluvia,

Pero los incendios de agua volverán,
estos cauces son muros que desean ser derribados.

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